AQUÍ, ENTRE NOS, CONFIESO que hubiera preferido no ver ‘Metamorfosis’ la noche del último domingo, en el Día del Padre.
Me explico mejor: me gustó el montaje, pero el antagonista de la historia, el Señor Samsa –encarnado por Sergio Paris– es un hombre ruin, un tipo insoportable, un padre de mierda.
Entre los escritores de la Generación Perdida, fue Scott Fitzgerald quien acuñó la frase ‘Action is character’, una recomendación para el momento de escribir un relato. (La encontré hace algunos años en un libro sobre Nuevo Periodismo y la expropié para cuando me tocara exponer sobre crónicas y perfiles).
Si ‘la acción es el personaje’, como propone Fitzgerald, entonces “no me digas que este sujeto es despreciable, sino cuéntame lo que él hace para que yo descubra que es un ser despreciable”.
Y esa es precisamente la involución que trabaja Paris para llevar teatralmente al Señor Samsa al extremo de la vileza, la de un personaje que con sus imprecaciones y desaires confronta cualquier nivel de sensibilidad. En esos términos, la pregunta que uno se hace en modo espectador, “¿Habrá padres así?”, se desprende de su candidez para convertirse en un cuestionamiento más realista: “¿Cómo puede haber un padre así?”.
En la adaptación libre de ‘La Metamorfosis’ que recrea el director Francisco Cabrera, Gregorio Samsa se transforma sin artificios en un insecto, aunque su monstruosidad no está exaltada por patas, alas y babosidad, sino sugerida en la semidesnudez y el movimiento doliente de Sebastián Stimman.
Sobre la novela de Kafka, se ha dicho que es una alegoría de la opresión del sistema sobre los seres humanos, particularmente sobre aquellos que no encajan en las reglas de una sociedad basada en el control, el canon del ‘buen ciudadano’ y el consumo.
Desde mi punto de vista, creo que –como ocurre también con el cine cuando intenta llevar a la pantalla una novela reconocida– la propuesta de Cabrera aligera la historia y opta por hacer foco en el conflicto familiar y las tensiones metafóricas de un hijo convertido en insecto y un padre devenido en parásito.
La Señora Samsa (Vanessa Robbiano) y Greta Samsa (Daniella Stornaiuolo), indecisas sobre cómo lidiar con un ‘monstruo’ al que no le han perdido el afecto del todo, acentúan el drama desvelando su condición humana básica: más allá del dolor, aun el que sufre vislumbra el placer como una promesa.
La historia culmina con una escena chocante, una situación que obliga a repensar las múltiples maneras de asignarle sentidos al concepto ‘misericordia’ y a rechazar íntimamente cualquier posibilidad de mostrar a la muerte como camino de redención. Aquí, entre nos, recuerdo que salí del teatro preguntándome qué clase de padre soy yo.
La temporada de ‘Metamorfosis’, con Sebastián Stimman, Vanessa Robbiano, Daniella Stornaiuolo, Edgard Arocena y Sergio Paris, va hasta el 8 de julio en el teatro del Centro Cultural Ricardo Palma, en Miraflores.
(FIN/Ensayo General)