Escribe: Rosa Falcón
El sabor de una magdalena mojada en té puede despertar gratos recuerdos del pasado, los olores y sabores trasmiten sensaciones, es lo que le ocurre a Matías al pensar en Romina, su viejo amor de juventud. La sensación de dulzura, un sentido, fue el punto de partida, el detonante de esta historia.
El «efecto magdalena» de Proust, o efecto Proust, es lo que experimentan estos antiguos amantes, quienes evocan viejas anécdotas y, a su vez, recuerdan un pacto que, por ahora, es lo único que los mantiene conectados.
Las ganas siguen presentes, pero entre un torbellino de recuerdos, giros inesperados y la aparición de otros personajes, cumplir ese pacto parece cada vez más difícil. La tensión entre ellos crece, manteniéndolos en la incertidumbre de si podrán o no cumplir con lo acordado.
Esta obra romántica, dirigida y reinterpretada por Daniel Cano, cuenta con las actuaciones de Diego Salinas como Matías, Valentina Saba como Romina y Francisco Luna como Florencio.
El director relata cómo la obra nunca parecía estar completamente lista y cómo «los finales son lo más difícil de escribir», tal como mencionan los personajes. Esa dificultad para encontrar el cierre perfecto fue el principal motivo por el que la obra tardó en ver la luz, añade.
Así como Matías demoró más de 10 años en buscar a Romina, el director también pasó por lo mismo con el final de su obra:‘El efecto Proust’
Entre luces frías de un azul suave, se escucha una música tenue, más específicamente «I Fall in Love So Easily», un jazz romántico que envuelve el espacio. Todo ello invita a la nostalgia, al recordar, a la reflexión de cada uno de los personajes, sumidos en sus dilemas. Un ambiente acogedor, tal cual el bar en el que se encuentran, convirtiendo a los espectadores en partícipes del encuentro, desde la oscuridad.
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¿Romina y Matías tendrán otra oportunidad?
Los ojos cristalinos de los jóvenes actores capturan la mezcla de pasión y tristeza que envuelve el reencuentro de dos amantes. Sumergidos en sus personajes, sus gestos dan vida a una historia cargada de nostalgia.
Son una pareja peculiar que, con una combinación de cariño y sarcasmo, desentierran recuerdos del pasado entre risas, gritos, bromas y un vaivén de bailes, abrazos y caricias, casi como si intentaran convencerse el uno al otro de estar juntos otra vez.
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Mientras uno parece más decidido que el otro, sus roles se entrelazan, las dudas emergen y las emociones toman el control. Los gritos, casi desgarradores, revelan la desesperación de haberse visto separados por años. Aunque sus vidas han cambiado, esa pasión latente entre ambos sigue intacta.
Entre dedicatorias y miradas furtivas, la distancia entre los dos se acorta cada vez más, revelando los sentimientos que aún los atan, mientras la noche avanza en una danza de incertidumbre, esperando el momento decisivo.
Ese es el argumento de ‘El efecto Proust’ que se puede disfrutar los martes y miércoles, a las 8:00 p.m., hasta el 16 de octubre en el The Basement de Selina, Calle Alcanfores 465, Miraflores. Las entradas se pueden adquirir a través del Instagram de @casarama_.
(FIN/Ensayo General)
