A fuerza de espátula y óleo sobre lienzo, la artista Fanny Palacios Izquierdo consigue con los cuadros de ‘Miradas de resistencia’ una experiencia de inmersión en dos direcciones. Por un lado, el observador ingresa de lleno en el espacio de lo popular resiliente y, por otro, los personajes de cada obra asoman desde la superficie bidimensional para interpelar a quienes los miran.
Contemplación de ida y vuelta –mérito de la artista plástica–, observadores y observados dialogan en silencio y, más que respuestas, intercambian preguntas: ¿cómo hemos llegado a este punto?, ¿todavía somos seres humanos?, ¿cómo salimos juntos de esta distopía?
Fanny Palacios (Luya, Amazonas-1973) explica su técnica y asegura que la espátula es la herramienta que mejor transmite la vehemencia de su sentir artístico. “El arte tiene la tarea de humanizarnos –opina la pintora–, nos lleva a ver más allá, plantea la necesidad de amarnos entre seres humanos”.
En ‘Miradas de resistencia’, cada personaje sintetiza las luchas cotidianas. En medio de la corrupción, la discriminación y la violencia, males endémicos que carcomen el país, sostener la mirada y buscar una vida digna son –por sí mismos– actos de rebeldía.
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Realismo humano
La exposición de Palacios Izquierdo en la galería Sérvulo Gutiérrez del Centro Cultural de la Municipalidad Distrital de Jesús María (avenida Horario Urteaga 535) reúne un conjunto de cuadros con alta presencia de mujeres. No es un dato casual.
“La muestra iba a presentarse en marzo, con ocasión del Día Internacional de la Mujer, y en estos trabajos yo resalto las luchas de las mujeres por la igualdad de derechos en una sociedad donde todavía hay mucho maltrato, feminicidios, discriminación”, observa.
En la obra de Palacios, el espíritu crítico no desplaza a la técnica pictórica; por el contrario, se conjugan para enriquecer el resultado. La paleta de la pintora se nutre de colores intensos al servicio de la perspectiva, los planos y las dimensiones, en una propuesta catalogada como de ‘realismo humano’.
“Nací en Luya, en la región Amazonas, y de niña he visto muchísimo color –relata Fanny Palacios–. Los pobladores, sobre todo los de las comunidades en las alturas, venían al pueblo rebosantes de fucsias, verdes vitales, rojos fuego; todo eso ha quedado grabado en mi retina”.
Incluso el cielo azul de la Sierra, con sus distintas tonalidades, es un espectáculo maravilloso, igual que los sembríos en el campo verde y la propia gente, comenta la artista: “Nunca voy a olvidar a mi gente; fueron tan abrigadores en mi infancia”.
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¿Espacios para exponer?
Del discurso a la práctica, el cuadro ‘Fuerza comunal’, por ejemplo, refleja el trabajo de la gente del campo. “Gracias a ellos podemos alimentarnos en las ciudades; entonces hay que valorarlos y reivindicarlos para que sigan avanzando y la situación mejore para ellos”.
Que mejore para ellos y también para los artistas, convendría decir. La muestra en el Centro Cultural de Jesús María es la primera de Fanny Palacios en varios años, una oportunidad que ella agradece sinceramente. Sin embargo, “quiero aclarar un punto: cuando tú haces arte realista o expresionista, es muy difícil encontrar espacios para exponer”, enfatiza.
– Para un abstracto sí hay espacios, para otro tipo de arte…
– ¿Un arte más “comercial”?
– Sí, comercial. Para ellos sí hay galerías, centros culturales. A nosotros, en cambio, nunca quieren cedernos las salas.
– ¿Con qué argumento?
– Pienso que es por el tema que tratamos –dice Fanny Palacios–. Nos dedicamos a pintar a nuestra población y en estos últimos años se ha hecho más evidente la discriminación, sobre todo con la gente de la Sierra, de la Selva. Entonces, es bastante difícil.
Tal como ocurre con sus personajes, para Fanny Palacios cada puerta que se cierra es un llamado a perseverar. “Es una motivación para seguir trabajando en mis temas y para no claudicar”, advierte, por si a alguien no le quedó claro todavía.
(FIN/Ensayo General)
