Entrevista: César Chaman
El historiador Carlos Alberto Chávez es el coordinador general de la Filmoteca PUCP. Casual o intencional, el hecho de que un profesional de la historia lidere una institución encargada de preservar una parte importante de la memoria de nuestra sociedad es una señal alentadora. La siguiente conversación –breve y al grano– se produjo al término de la presentación para la prensa del 27 Festival de Cine de Lima PUCP.
En la presentación del 27 Festival de Cine de Lima PUCP, usted ha insistido en la necesidad de crear una filmoteca nacional.
– Como Filmoteca de la Pontificia Universidad Católica del Perú, tenemos 19 años de trabajo y somos herederos de lo que fue, en los años 80, la Filmoteca de Lima. En las dos últimas décadas, la Universidad Católica ha hecho un arduo trabajo de conservación del acervo fílmico nacional –e incluso del acervo del Estado– porque el Perú sencillamente no tiene una cinemateca que se encargue de esta labor. Todo ese material está en bóvedas climatizadas que albergan, al día de hoy, más de 13,000 rollos de película en un ambiente controlado. Aparte de todo ese universo de miles de rollos, de los archivos de cineastas peruanos, está también el gran archivo de Armando Robles Godoy que nosotros custodiamos.
¿Cuál es la importancia práctica –y como ‘práctica’ entendamos la utilidad hacia el público– de contar con una cinemateca nacional?
– La producción fílmica y no solamente la cinematográfica, sino, como nos gusta decir, “las imágenes en movimiento” –es decir, los documentales, los noticieros, los registros familiares y similares– son un registro muy frágil que hace que la historia, la memoria y el arte registrados en estos soportes sea un patrimonio muy precario.
Y de allí resulta una paradoja contemporánea: hoy nosotros podemos leer un papiro egipcio de hace cuatro mil años, una inscripción en piedra de hace mil años, pero resulta que, si no conservamos, si no preservamos nuestro legado cinematográfico, lo vamos a perder de manera irremediable.
Entonces, la función de una filmoteca, de las cinetecas o cinematecas, que vienen a ser lo mismo, es precisamente conservar la memoria que está registrada en esos soportes y preservarla para el futuro, porque son eso: testigos de cada tiempo. La función de una filmoteca es preservar la memoria para las generaciones venideras.
En festivales como el 27 FCL PUCP hay espacio para mostrar este patrimonio. ¿Qué perciben del espectador, cuál es la reacción del público frente a esta riqueza de contenidos?
– Tradicionalmente los festivales, en general, se concentran en mostrar lo último de la cinematografía del mundo, de una región o un país; sin embargo, la dimensión de la preservación fílmica usualmente no está presente entre sus intereses. Y no porque los festivales no lo quieran, sino porque la historia y el comportamiento del mundo cinematográfico normalmente se agota cuando se exhibe la película y después nadie se acuerda de ella.
Entonces, aunque parezca mentira, muchas películas que fueron estrenadas hace escasamente 40 años hoy “ya no están” y no las podremos ver jamás. Entonces, el interés de nosotros como Filmoteca de la Universidad Católica, en alianza con nuestro centro cultural, es aprovechar el espacio que ya tiene ganado el Festival de Cine de Lima PUCP para ofrecer –como ya lo hacen algunos festivales en el mundo– una oportunidad de reflexión, un momento para reencontrarnos con el cine restaurado de nuestro país. Porque lo principal que necesitamos restaurar es lo nuestro.
¿No será que el nuestro es un país que prefiere “no tener memoria”?
– Creo que ese es un asunto que va más allá de nuestro país. Coincido contigo, pero no es un problema solo del Perú, sino de la humanidad. Sí, hay un problema con eso de querer “pasar la página”, pero, como decimos los historiadores –y yo soy historiador, también–, si nosotros no conocemos nuestra historia, estamos condenados a repetirla, a cometer los mismos errores.
Para esta edición del Festival de Cine de Lima se anuncia como uno de los ‘platos fuertes’ la presentación de material de Armando Robles Godoy.
– Sí, en el 2022 inauguramos la sección Espacio Filmoteca PUCP, que no existía. Y este año la Filmoteca PUCP presenta –de manera inédita, en realidad– un paquete muy grande de obras peruanas restauradas que o poco se han visto o simplemente nadie las ha visto. Así de simple.
Entonces, este año tenemos más de cuarenta trabajos que han sido restaurados como resultado de concursos, por esfuerzos personales y por competencias internacionales y con apoyo del Ministerio de Cultura. Todo eso la filmoteca lo ha traído al Festival. Y no es un trabajo solo nuestro, es un logro de mucha gente. Nosotros somos la vitrina que permite que el público pueda ver ahora películas emblemáticas como, por ejemplo, lo del centenario de Armando Robles Godoy, que va a ser extraordinario.
Una fiesta de puertas abiertas…
– Sí y aprovecho la oportunidad para invitar a todos y todas para que puedan acceder y presenciar, disfrutar de películas que son no solamente clásicas de la cinematografía, sino también material artístico y documental, en cortometrajes y mediometrajes de realizadores peruanos y peruanas que, realmente, nos hacen sentir más peruanos y más orgullosos de nuestra tierra.
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27 FCL PUCP: CLÁSICOS RESTAURADOS PERUANOS
[-] Este año, el 27 Festival de Cine de Lima PUCP realiza una muestra gratuita con filmes peruanos restaurados que buscan revivir clásicos de nuestra historia. Serán 32 películas, entre largos y corto, presentados como parte de la sección de Espacio Filmoteca PUCP: Clásicos restaurados peruanos. De estos, 10 son del género ficción y 22 son documentales.
[-] Algunos de los directores de estas películas son Alberto ‘Chicho’ Durant, con el filme ‘Alias ‘La Gringa’’ (1991), Francisco Adrianzén con cinco cortometrajes documentales. También, Francisco Lombardi con el corto de ficción ‘Callejón oscuro’ (1983), entre otros destacados cineastas que nos llevarán a recordar clásicos del cine peruano.
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