El alzhéimer es una enfermedad degenerativa, un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, con el tiempo, la habilidad de llevar a cabo hasta las tareas más sencillas. Y aun sin ser diagnosticada, su sola mención genera incertidumbre, pesar y miedo.
Los temores de un joven con diagnóstico de alzhéimer son el punto de partida para el argumento de ‘No quiero olvidar’, la pieza teatral dirigida por Gerardo Fernández que coloca en agenda el drama de las enfermedades neurodegenerativas.
La obra pone en evidencia la forma en que estos males deterioran las relaciones afectivas con la familia, la pareja, los amigos y el mundo. Y, de paso, devela la fragilidad –o la fuerza, según sea el caso– de estos lazos de amor, amistad y compromiso familiar.
¿Del éxito al alzhéimer?
‘No quiero olvidar’ narra la historia de Lucio, interpretado por el propio Fernández: un joven exitoso en el mejor momento de su carrera, orgulloso de sus logros y madurez personal. Sin embargo, su vida se trastoca cuando recibe el diagnóstico de tener la herencia genética del alzhéimer.
El diagnóstico llevará al protagonista a replantear sus perspectivas de la vida y a preguntarse: ¿cómo vencer algo que no se puede vencer?
En el extremo, la pareja de Lucio, Álvaro, se enfrenta al dilema de quedarse en una monogamia que lo ahoga y lo condenaría a un papel de enfermero, o salir corriendo para disfrutar de una vida sin cargas ni ataduras.
Ambos personajes enfrentan la realidad y deben decidir entre seguir juntos y enfrentar las consecuencias del alzhéimer o continuar sus caminos por separado. ¿Qué harías tú: amor o responsabilidad? ¿Hasta dónde pueden el amor y el deseo soportar el frío de la realidad?
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Una sociedad egoísta
La obra va los sábados y domingos de abril en el teatro Esencia de Barranco (almirante Miguel Grau 069-A). Las localidades están a la venta en la plataforma ‘Mi entrada’.
El director y dramaturgo sostiene: “Vivimos en una sociedad individualista y egoísta donde siempre será primero lo que yo quiero. No digo que no hay excepciones, pero ‘No quiero olvidar’ es un paseo por este mundo, por este ‘tener que’ decidir, por este amor o responsabilidad”.
Al invitar al público, Gerardo Fernández asegura: “Se trata de una historia que nos mueve el alma y nos hace ver lo que muchas veces no vemos porque (es algo que) no está en nuestro sistema, pero sí es parte de él”.
Actúan, además de Fernández, Álvaro Pajares y Cynthia Bravo, con la asistencia de Camila Battistolo y la producción ejecutiva de Klaus Herencia
(FIN/Ensayo General)
