Escribe: César Chaman
“Seguir apostando por la cultura en tiempos como los que corren es, verdaderamente, un acto de amor y de fe”. Con estas palabras, el director del Centro Cultural PUCP, Marco Muhletaler, agradecía este martes 25 a las instituciones que apoyan la realización del 27° Festival de Cine de Lima.
Esta es “la fiesta grande” del cine latinoamericano, asegura Muhletaler, también director del FCL. Y no le falta razón: el gran número de películas y directores participantes, la programación en diversas salas de Lima y la agenda misma de los nueve días del festival son uno de los argumentos a su favor.
En total, 34 películas latinoamericanas en competencia tendrán en Lima su estreno absoluto. Ello, sin contar que la cartelera del festival incluye 138 largometrajes, mediometrajes y cortos y que habrá más de 70 encuentros con cineastas, incluyendo talleres, clases maestras, galas y homenajes.
El FCL ofrecerá doce películas de su sección ‘Aclamadas’, con títulos provenientes de Cannes, Berlín y Sundance; seis galas de personalidades de larga trayectoria cinematográfica; tres sesiones del ciclo de Cine Restaurado de Armando Robles Godoy y doce del ciclo de Clásicos Peruanos Restaurados.
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El spot de presentación del festival 2023 anticipaba ya la avalancha de cine que se avecina entre el 10 y el 18 de agosto. Y el propio lema aporta alma a la propuesta: “Seamos protagonistas de nuestras historias”. (Para ver la programación completa: clic aquí)
Este año, “todas las instituciones y organizaciones que nos acompañan son conscientes de que un país que no promueve la cultura y la educación está destinado al fracaso”, agrega el director del FCL para redondear la idea, pues la fiesta llega también con una cuota de reflexión.
‘Ensayo General’ conversó con Marco Muhletaler sobre el significado de una fiesta próxima a cumplir sus primeras tres décadas, la evolución de los públicos en torno al cine y la visión de los invitados internacionales respecto de un festival que no deja de crecer.
¿Qué significa para los organizadores del Festival de Cine de Lima el hecho de llegar sin interrupciones a la vigésimo séptima edición de una fiesta que se sostiene en el tiempo?
–Es una linda pregunta y te la agradezco, porque para nosotros es un motivo de muchas emociones y orgullo presentar la edición número 27 del Festival de Cine de Lima, además de manera ininterrumpida. Acuérdate que incluso en los años más complicados de la pandemia nosotros no paramos: el Festival continuó y lo lindo de este año es que vamos recuperando algunos espacios y actividades que habíamos tenido que dejar suspendidas un par de años, como la presencia de todos los directores y directoras y representantes de las películas en competencia.
Entonces, este año vamos a sentir un festival que ha recuperado un poco el músculo y el brillo de las ediciones anteriores. Este año, el Festival recupera espacios que dejó en suspenso por la pandemia. Y para nosotros, pues, es muy lindo arrancar con esta primera actividad, dar simbólicamente ‘el primer puntapié’ de nuestro festival 2023.
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Quisiera plantear el tema de las audiencias. ¿Cómo ves la evolución del público del Festival en estos 27 años? Por cierto, imagino que tienen un público que los sigue prácticamente desde el inicio…
–Mira, hay varias cuestiones muy bonitas en torno a ese tema. Ahí, lo primero que quisiera decir es que sí, sí hay un público fiel que viene aquí desde la primera edición y ya casi como que los conocemos por nombre y apellido…
Hay que hacerles un homenaje también a ellos y ellas…
–¡Por supuesto! (risas). Pero también el público se ha ido renovando cada año y eso lo vamos sintiendo, por ejemplo, a través de las muestras, en la sección de Restaurados. El 2022 fue el primer el año que realizamos Restaurados, en las mañanas y con funciones llenas de gente joven. La extraordinaria noticia era que la sala estaba llena de gente joven, que el público joven quería acercarse a los clásicos del cine peruano restaurados. Y así vamos renovando también al público.
En este camino, lo virtual también ha hecho lo suyo. Es decir, haber llegado a muchísimas personas de manera virtual en estos años también nos ha permitido llegar a un segmento más joven que, evidentemente, tiene más facilidad para conectarse a las plataformas digitales y que ahora (ya con la pandemia bajo control) quiere dar el salto a lo presencial, a las salas.
Saltar de la virtualidad a la realidad ‘real’…
-Sí, yo creo que el público se va renovando cada año. Lo hemos percibido el año pasado y estoy seguro de que este año pasará lo mismo, además que lo hemos notado esta mañana, en la conferencia de prensa: hay muchísimas ganas de estar aquí, ganas de estar en las salas.
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Como organizadores, ¿qué perciben ustedes de la gente que viene de otros países? Me refiero a los directores, actores, productores: ¿cómo nos ven? ¿Qué has conseguido escuchar?
–En ese acercamiento, lo primero que salta son dos cosas, dos cosas que además salen siempre. Lo primero es la enorme hospitalidad que sienten aquí, en el Festival. Pero también con nosotros, con los peruanos: es decir, somos una sociedad, una comunidad que acoge muy bien y eso es algo que lo dicen siempre: “¡Oye, queremos ser invitados al Festival de Cine de Lima porque es muy lindo ir!”. Entonces, lo primero: el contacto de los creadores con el público, que es algo que este festival privilegia. Luego, la comida.
Y, por supuesto, la calidad de las películas, es decir (los invitados del exterior) también se sorprenden mucho de que este festival tenga en calidad de estreno latinoamericano películas que acaban de estar en el Festival de Cannes apenas dos meses o tres meses atrás, incluso películas que están aquí antes que en sus países de origen.
Entonces, lo que se percibe son unas ganas grandes por venir. Nos dicen siempre que este es un festival que si bien ya no es una fiesta pequeñita –sino una celebración con años de trayectoria– todavía se preocupa por cada uno de sus invitados e invitadas de manera muy personal. Y eso es algo que valoran mucho y que distingue al Festival de Cine de Lima de la PUCP.
Marco, en el mensaje que ofreciste en la conferencia de prensa, reconocías que un país que no invierte en cultura ni educación está condenado al fracaso. ¿Cómo observas la participación del Estado en la cultura?
–Bueno, es un tema complejo. Hoy, debo decirlo, nosotros tenemos el apoyo enorme de la Dirección del Audiovisual, la Fonografía y los Nuevos Medios (DAFO) y del Ministerio de Cultura para hacer el Festival. Pero, sin duda, siempre se necesita más. Yo soy un convencido de lo que sostengo: un país que no apueste por la educación y por la cultura es un país que va a repetir sus errores, que no va a reforzar su propia identidad y será incapaz de mirar hacia adelante, hacia el futuro.
¿Y cuáles son las consecuencias?
-Claro, (sin educación y cultura) ¿cómo vamos a construir una mejor sociedad en la que todos podamos vivir de manera más respetuosa y feliz? Sobre todo eso, yo creo que esa es la palabra que está detrás de todo: felicidad.
Pero en el contexto de esa situación compleja sobre el financiamiento de la cultura en el Perú, tengo que decir que hay instituciones que están comprometidas. Y, por eso, este año queremos homenajear a la Fundación BBVA que está con nosotros hace 17 años y no solo con nosotros, sino con muchas otras organizaciones. Cultura y educación forman un tándem clave y tienen que ir de la mano.
(FIN/Ensayo General)
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