Un reencuentro de tres artistas que, años atrás, estudiaron juntas en la Escuela de Arte Dramático desencadena un intenso afloramiento de emociones: de la admiración a la envidia, la honestidad de las revelaciones en mujeres maduras y la rivalidad ligeramente apaciguada por la camaradería.
Las tres, además, son abordadas por una joven estudiante de teatro que se prepara para una audición crucial para su futuro y busca consejo en artistas que conocieron a la diva y maestra Encarna Ribera. Tres entrevistas e igual número de versiones distintas sobre los mismos hechos y personajes.
Junto a lo interesante de su trama –por momentos dramática, a ratos cómica–, ‘Actrices’ es un homenaje al teatro y a su gente y al público que lo acompaña. Amistad, ambición, celos, miedos, arribismo, envidia, relaciones de poder y más, desfilan sobre el escenario en el texto del catalán Josep Benet i Jornet.
El sobresaliente elenco de ‘Actrices’ está formado por Natalia Torres Vilar, Ximena Arroyo, Sandra Bernasconi –las tres, además, hijas de destacadas actrices de teatro– y Norma Venegas. La dirección está a cargo del maestro Alberto Isola y la dirección adjunta es de Javier Valdés.
>> PARA LEER EN RED>> Gabriela Gallegos: La comedia es una herramienta para aprender a reírnos del rídiculo
Teatro: consuelo y miedo
Sandra Bernasconi encarna a Gloria Marc, una consagrada actriz de tragedias clásicas que se jacta de su estilo cosmopolita y sus decenas de amantes. La historia comienza precisamente con ella, saliendo del escenario entre aplausos y despidiéndose hasta la siguiente función.
María Caminal (Ximena Arroyo), una de las protagonistas de la obra, reflexiona sobre su trayectoria y afirma que “hacer teatro es una manera de dar consuelo al público”. Ese es el punto de partida para una breve charla con Sandra Bernasconi, al término de la presentación dominical de ‘Actrices’.
“Sí, de alguna manera hacer teatro es ofrecer una caricia al espectador; sin embargo, es un gesto que no solo te calma, sino que te permite explorar en lo que te está pasando –opina Sandra Bernasconi–. Actuar es dar a los espectadores la posibilidad de hacerse preguntas sobre ellos mismos”.
En cualquier caso, entre el escenario y la platea las tensiones caminan por una vía de doble sentido. El miedo y los nervios que produce el enfrentar a un ‘monstruo’ que observa el movimiento de los actores desde la oscuridad nunca terminan, admite Bernasconi.
Y la cosa puede “empeorar” cuando el elenco sabe que en la platea hay actores y gente de teatro. En medio de una función, sus comentarios –aun en voz muy bajita–, sus risas y hasta sus silencios son perceptibles desde el escenario como señales de aprobación o desacuerdo.
Llevo muchos años trabajando sobre el escenario y el miedo sigue siendo el mismo que en la primera aparición, siempre está ahí, comenta la actriz, para remarcar una paradoja: “En el caso de mi personaje, Gloria, que es una mujer aparentemente muy segura, ella es la que más miedo le tiene al público”.
Agazapado en sus butacas, el público es visto por algunos artistas incluso como “el enemigo a derrotar”, una analogía presente en el texto de ‘Actrices’ y que da pie para múltiples interpretaciones. “Sí, pues, a veces mi personaje no se refiere muy bonito al público”.
>> PARA LEER EN RED >> Robert Gammon: Me interesa conocer a los protagonistas de la historia como seres humanos
De la envidia a la familiaridad
Junto con el miedo, la envidia aparece como otra de las humanas debilidades entre la gente de teatro, aunque no en exclusiva.
En la obra, “hay un texto que a mí me gusta y del que la gente se ríe mucho”, comenta Sandra Bernasconi: “Al personaje de Natalia (Asunta Roca) le digo: Quiero pensar que cada vez que sale en los periódicos una buena crítica sobre mi trabajo, tú la lees” y te mueres de envidia.
Sí, claro que existe (en la vida real), admite Sandra, pero de inmediato aclara que también se da un compañerismo especial, a partir del cual “se forman como familias y nos protegemos”. Así, no es casual que Alberto Isola haya elegido para esta obra a tres artistas que son hijas de renombradas actrices.
Aunque ya fallecida, la maestra de actuación Encarna Ribera es una presencia que marca el desarrollo de la historia. Ella, con su estilo exigente y desafiante, ha dejado una huella profunda en la formación de sus alumnas preferidas, llamadas en algún momento a ser sus herederas artísticas.
La joven estudiante de teatro competirá con otras alumnas por hacer el papel de la Ribera en una obra de próximo estreno y sus preguntas a Gloria, Asunta y María dan como resultado tres versiones distintas sobre un personaje por lo menos controversial.
Son tres versiones sobre un mismo personaje y una misma etapa en la vida de estas actrices, versiones totalmente diferentes que aumentan el interés sobre el desarrollo de la historia, comenta Bernasconi. La obra finalmente no habla de tres actrices, sino de seis: Ana, la Ribera, Gloria, María, Asunta y la alumna.
Temporada de ‘Actrices’
‘Actrices’ va hasta el 9 de setiembre (jueves a lunes a las 8:00 p.m. y los domingos a las 7:00 p.m.) en el Teatro de Lucía (Bellavista 512, Miraflores). Las entradas están disponibles en la plataforma Joinnus y en la boletería del teatro.
(FIN/Ensayo General)