Más de 20 actores logran que el teatro Segura retumbe con proclamas de libertad. La obra ‘Túpac Amaru Runa’ no sólo presenta la gesta heroica de Túpac Amaru II –a fines del siglo XVIII–, sino que lo muestra como hombre y destaca el papel de su compañera, Micaela Bastidas, y el de la líder cusqueña Tomasa Tito Condemayta.
El director de ‘Túpac Amaru Runa’, Martín Velásquez Marvelat, precisa que esta puesta en escena es “más que una reivindicación”. La obra recrea un episodio de la historia del Perú de manera muy objetiva, “de la cual el público sacará sus propias conclusiones”.
En diálogo con Ensayo General, el director afirma: “Desmitificamos un poquito la imagen de las láminas de Túpac Amaru y que lo muestran como un hombre fornido, heroico; aquí presentamos su lado humano, la relación con sus familiares y momentos clave –en medio de dudas e incertidumbre– para llevar a cabo la rebelión” que lideró en 1780.
La dirección ha logrado ese efecto de humanizar al héroe con escenas muy tiernas en torno a la relación con sus hijos y su esposa, la heroína Micaela Bastidas.
La obra, escrita hace más de 40 años por la primera actriz y dramaturga Delfina Paredes, ha sido llevada a los escenarios por primera vez como un homenaje a su persona. Martín Velásquez Marvelat es nieto de la maestra Delfina.
Efectivamente, Delfina Paredes escribió esta obra a inicios de la década de 1980, animada por las investigaciones que realizó el historiador Boleslao Lewin, uno de los primeros autores en dar a conocer al mundo la figura de José Gabriel Condorcanqui. Antes de Lewin, “en el mismo Cusco poca gente sabía de Túpac Amaru”, comenta el director.
Velásquez explica que se hizo un trabajo especial con el elenco para que actores y actrices tuvieran en cuenta que siempre es necesario situarse en el contexto histórico de los personajes que encarnan, incluyendo sus dudas, urgencias y, por ende, determinación.
En la gesta del siglo XVIII, los personajes “se encuentran constantemente tomando decisiones; y esas decisiones confluyen, finalmente, en el levantamiento de Túpac Amaru”.
Consultado sobre el reto de montar una obra que habla de división social, de desunión y rebeldía, el director remarca: “Ha sido un acto de valentía de los actores el comprometerse a mostrar esta historia que no se suele tocar en las tablas, más aún con un elenco numeroso, una escenografía importante y un vestuario que demanda producción”.
“Creo que es una apuesta, una muy buena oportunidad para que el público pueda conocer un poco más de su historia, autoevaluar los conceptos que tiene sobre el Perú y, por qué no, emocionarse con un relato épico”, acota Velásquez Marvelat.
En dos actos, el espectáculo construye personajes de la época, exacerbando sus cualidades y defectos, incluyendo un tramo burlesco para mostrar la indiferencia de un sector de criollos.
“Lo importante, finalmente, es lo que hemos querido mostrar, lo que la obra está diciendo, lo que la autora intenta comunicar y, en ese afán, nos hemos enrumbado a mostrar al hombre Túpac Amaru”.
A sus 90 años, Delfina Paredes asistió a los ensayos y recibe la obra con mucha expectativa, comenta el director. “Esa es una de las razones por las que me atreví a llevar esta obra a escena: para que ella pudiera verla; me parece que eso es algo importante, más allá de que hay un parentesco familiar, pues soy su nieto. Creo que ese objetivo se está logrando”.
<< PARA LEER EN RED >> Mariana de Althaus: “Estamos en un momento tan difícil en el país que nos cuesta reír”

Un runa
Sobre el escenario, el público observa al revolucionario, pero encuentra también al hombre y sus conflictos: José Gabriel Condorcanqui es padre, es esposo y se ve obligado a tomar decisiones trascendentales que ponen en riesgo sus vidas. “Un ser humano como cualquiera de nosotros”, acota Iván Chávez, el actor que asume el desafío de encarnar a Túpac Amaru.
El actor remarca que ha construido el personaje en base al texto de Delfina Paredes: alguien humano, muy humano, que siente el conflicto desde la familia, desde los vecinos, desde un pueblo que comienza a sentir la necesidad de hacer algo para lograr la libertad.
En el mismo sentido, añade que no trata de interpretar a un héroe que viene con una carga emocional de libertad, sino simplemente a una persona que va sintiendo las injusticias y enfrenta muchas dudas a la hora de tomar decisiones, “como cualquiera de nosotros podría tenerlas”.
<< PARA LEER EN RED>> La magia de ‘La Cenicienta’ retorna al Teatro Municipal de Lima

El rol de la mujer en la independencia
La obra de Delfina Paredes –escrita hace más de 40 años– es de vanguardia, en el sentido de que también destaca y visibiliza el papel que cumplieron las mujeres en la lucha por la Independencia.
La actriz Sylvia Majo, quien personifica a Tomasa Tito Condemayta, lo tiene presente. “Tomasa y Micaela Bastidas son las que apoyaron o, digamos, iniciaron la rebelión porque, como se ve en la obra, Túpac Amaru se fue dos años a Lima y recibió muchas cartas de Micaela que no fueron contestadas”.
“Tomasa, mi personaje, y Micaela fueron las que impulsaron esta rebelión, como mujeres que somos y eso es importante saberlo”.
Sylvia Majo destacó el trabajo del director y reconoció las dificultades de trabajar con un elenco grande. “Sin embargo, aceptamos el desafío por amor a Delfina, por la admiración que tenemos hacia ella y porque es un ejemplo para el teatro”.
Temporada
Producida por Butaca Arte & Comunicación, en alianza con Bravo Productora, ‘Túpac Amaru Runa’ tiene tres últimas funciones: el 17, 18 y 19 de julio en el teatro Segura (jr. Huancavelica 265, Centro Histórico de Lima), a las 8:00 p.m.
Es un espectáculo de 120 minutos con un intermedio. Las entradas están a la venta en Joinnus.
(FIN) Ensayo General
