Escribe: Osmar Gonzales Alvarado (*)
Osmar Gonzales Alvarado nos presenta la edición de la revista “Repertorio Hebreo”, publicada por el grupo editorial Estación La Cultura, por medio de su nuevo sello editorial, Animal Siniestro. Gonzales Alvarado estuvo a cargo de la edición de la publicación.
La revista “Repertorio Hebreo”, salió a la luz en 1929, por una pareja judía amiga de José Carlos Mariátegui: Miguel Adler y Noemí Milstein, para tratar la llamada cuestión palestina desde el marxismo, precisa Gonzales Alvarado.
A continuación, presentamos el texto preparado por su editor luego de la presentación de la publicación en la 29 edición de la Feria del Libro de Lima, en la que participaron Ricardo Portocarrero y Eduardo Cáceres
Miguel Adler y Noemí Milstein
Adler y Milstein, fueron parte de la constelación de amigos judíos de Mariátegui, los más jóvenes quizás, y posiblemente los más formados académicamente (colaboraban con Amauta realizando traducciones de diferentes idiomas), pero sí, con seguridad, los más cercanos al pensador marxista, pues lo acompañaron hasta su último aliento de vida en el hospital.
Ambos eran marxistas, y pensaban el tema judío desde la izquierda. Reflexionaban sobre la paz, la religión, la identidad nacional, la convivencia respetuosa de las diferencias y el cambio social. Apoyaban el nuevo Estado hebreo, pero no querían perder su carácter universal en términos culturales.
Mariátegui había escrito que la cultura judía es de todo el mundo. Identidad cultural y Estado fueron términos de un debate interesante que, dentro de la izquierda, se fue procesando en términos conciliatorios. Pero en un momento histórico crítico en el que los imperialismos británico y estadounidense buscaban controlar la mayor extensión territorial posible, Mariátegui empezó a considerar la pertinencia de un Estado judío. Pero, como sabemos, falleció en 1930 y no pudo continuar con sus reflexiones. Igualmente, poco después Luis M. Sánchez Cerro desterraría a Adler y Milstein del Perú, con lo cual dicho intercambio intelectual y político de consideraciones geoestratégicas en el Perú quedaría cancelado.
Repertorio Hebreo fue una ramificación producida por la influencia de Amauta. En el Estudio preliminar, Ricardo Portocarrero nos habla de una revista cosmopolita, y tiene razón. Es decir, sus ideas y reflexiones se ubicaban en un escenario mucho mayor al meramente nacional. Asimismo, al interior del país portaba en sus páginas una crítica al statu quo oligárquico. Es muy interesante la ubicación que hace Portocarrero en el tiempo político y cultural del Perú de fines de los años 20 del siglo pasado. Revive la multitud de proyectos impresos y políticos y, entre ellos, ubica a Repertorio Hebreo.
Adler y Milstein quisieron ser parte de la tradición intelectual e ideológica del Perú, incluso, por otros estudios como el de su nieto, Claudio Lomnitz, se desprende que tenían un plan se establecerse en Lima, todo lo cual quedó truncado a inicios de los años 30, cuando el gobierno de Luis M. Sánchez Cerro los expulsó del país.
Por otro lado, como el mismo Portocarrero indica, la historia ideológica e intelectual en nuestro país no ha incorporado a Repertorio Hebrero como parte de sus componentes, sino que ha mirado a dicha revista como algo externo, lo cual constituye una exclusión inexcusable. Recordemos que el propio Mariátegui acogió a sus directores y les brindó todo su apoyo.

Repertorio Hebreo, contexto y debate
Repertorio Hebreo solo editó, en 1929, 4 números en tres entregas. El 1 y el 2 salieron de manera individual, y luego se publicó el número doble, 3 y 4, con el que se cerró la breve existencia de esta revista.
Mariátegui y su Editorial Amauta estaban en un momento altamente creativo y productivo, a pesar de que políticamente el comunismo internacional buscaba constreñir una forma de interpretar la política y la revolución. Mariátegui dio un impulso como pocos a la palabra impresa en el Perú. Pero circunstancias personales (su deteriorada salud, que lo llevaría a la muerte), política (en el Perú Leguía arreciaba contra lo que llamaba el complot judío, que también comunista), el proyecto, frustrado de Mariátegui de trasladarse a vivir a Buenos Aires, fueron signos de un tiempo que terminaba. En ese contexto, desaparecería “la aventura de Mariátegui” y el sueño de Adler y Milstein.
Como ha subrayado Eduardo Cáceres en la presentación de Repertorio Hebreo, sus páginas constituyen una sólida evidencia de la densidad del debate ideológico y político de aquellos años, y especialmente desde el tema judío. En su revisión de la edición facsimilar destacó algo que usualmente escapa al observador, cual es los anuncios que aparecen en sus páginas. Advierte la variedad de cosas que son ofrecidas, pero, lo más importante, insinúa una relación entre la revista y la burguesía judía en el Perú, un dato muy interesante una pista que es interesante de seguir y ahondar.
Entre otros aspectos, Cáceres contextualiza el debate ya mencionado sobre la identidad cultural y la formación del Estado hebreo. No se mantuvieron las ideas homogéneas, sino que, con ductilidad, según el contexto internacional, se fueron dando explicaciones basadas en un principio fundamental: la defensa de los pueblos frente el avasallamiento depredador de los imperialismos en pugna.
Algo de su contenido y su mensaje
Repertorio Hebreo, en su poco tiempo de existencia, alcanzó legitimidad entre los intelectuales judíos en el mundo. Adler y Milstein fueron jóvenes impetuosos y, sin tapujos, buscaron a los pensadores más representativos de su tiempo, como Albert Einstein y Sigmund Freud, por ejemplo. Fueron fervientes difusores de Waldo Frank (de quien en cada número se reproduce un fragmento de “El pueblo elegido”), amigo del propio Mariátegui, Luis Alberto Sánchez y otros miembros de la generación del Centenario, aunque no únicamente de ellos.
En el plano internacional, las páginas de Repertorio Hebreo acogieron colaboraciones de, aparte del propio Mariátegui, Dora Mayer, Ángela Ramos, Alcides Spelucín, entre otros. También de los escritores argentinos Samuel Glusberg y Manuel Ugarte, e incorpora textos de Lunatcharski sobre la literatura soviética, por ejemplo. El contenido de esta revista es muy denso.
Muy dentro de la estela de Amauta, y su pretensión por abarcar toda forma de creación humana, Repertorio Hebreo introduce poesía, cuentos, pintura y arte en general producido por artistas judíos internacionalmente.
Es evidente el propósito de sus directores: hacer de Repertorio Hebreo un medio de comunicación y debate con los pensadores judíos de todo el mundo (nuevamente su cosmopolitismo), pero desde el Perú, desde las nacientes tradiciones ideológicas marxistas que Mariátegui propugnaba.
Dramáticamente, como ya se mencionó, la muerte de Mariátegui anunció el fin de una época en la historia política e ideológica, pero también cultural, en el Perú, arrasando de paso el proyecto de Adler y Milstein.
No obstante, las ideas persisten en el tiempo, sino para interpretar el mundo actual sí al menos como inspiración. Es lo que sucede con Repertorio Hebreo y tantas publicaciones que aparecieron en el Perú de los años 20 del siglo XX. Evidentemente, también de pensadores y obras que honestamente quisieron entender la realidad nacional y proponer alternativas, desde diversos lugares ideológicos y políticos.
Repertorio Hebreo, hoy
Hoy se pone a disposición del público lector la edición facsimilar de Repertorio Hebreo. Conocerla también es reconocernos en nuestra diversidad, así como es un camino para recuperar algo que parece haberse extraviado en el trayecto para muchos, la voluntad de entender y de escribir sobre el Perú, que significa leer y recuperar nuestra historia. Para, al menos, debatir con sentido e ideas.
(FIN) Ensayo General
(*) Osmar Gonzales Alvarado es doctor en Ciencia Social por El Colegio de México. Ha sido director técnico de la Biblioteca Nacional, agregado cultural en Argentina, director de la Casa Museo José Carlos Mariátegui. Además, es profesor universitario y autor de poco más de treinta libros sobre intelectuales y pensamiento político.
