Entrevista: María Ynés Aragonez
El cine, pese a ser un arte que requiere mucha técnica e inversión, no ha limitado la capacidad creativa de muchos jóvenes que han comenzado a visibilizar su obra más allá de la capital. En varias ciudades del Perú se ha iniciado una ‘movida cinéfila’ que busca generar espacios para la exhibición de las producciones alternativas y el ‘cine de autor’.
Este es el caso del Festival de Cine de Áncash ‘Heóes del Presente’, que, en su segunda edición, se desarrollará en Huaraz, entre el lunes 22 y el sábado 27 de agosto, en un sistema hibrido con actividades presenciales y virtuales.
La directora del festival, Karolay Ramírez Andrade, lanzó la convocatoria para que las productoras y directores de todo el país inscriban sus películas y cortos. En esta edición habrá también una convocatoria a cortometrajes de Iberoamérica con temática relacionada con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 13: Acción por el Clima.
Ramírez Andrade, comunicadora audiovisual, gestora cultural y magister en Teatro y Artes Escénicas, conversó con Ensayo General en torno a la necesidad de generar espacios de exhibición de obras cinematográficas de Áncash y todo el Perú.
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¿Cómo se enfrenta desde las regiones la realización cinematográfica?
– Como festival regional de cortometrajes, en nuestra experiencia, durante la primera edición, recibimos mayoritariamente obras de Lima. Sin embargo, destacamos que sí se está produciendo en regiones, sobre todo en los últimos años.
Lo que necesitamos ahora es formación especializada en las regiones, debido a que en la mayoría de las ciudades no existe la especialización de audiovisuales y menos la de cine. Es necesario generar espacios de encuentro y exhibición del talento de las regiones del Perú para crear alianzas en pro de la realización de proyectos y fomentar la producción de obras.
Hace poco Rómulo Sulca, director de ‘Teloneras’, propuso la creación de una escuela nacional de cine. ¿Qué opina de esa propuesta?
– Estamos de acuerdo con que exista una escuela nacional de cine debido a que la formación profesional solo se brinda en Lima, en escuelas privadas a las que finalmente solo acceden pocos ciudadanos. Inclusive, las escuelas de cine del Perú no son competitivas a nivel de Latinoamérica. Muchos peruanos tienen que viajar al extranjero para especializarse, lo que es muy costoso.
Hoy el Ministerio de Cultura brinda becas para estudiar Cine en el extranjero, lo cual aplaudimos, pero eso no cubre la necesidad de formación. Necesitamos un espacio estatal donde se forjen los nuevos cineastas peruanos.
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¿Qué necesita el cine peruano para llegar a más público?
– Existen dos aristas. La primera es la formación de públicos y compromiso ciudadano; el ciudadano peruano no está acostumbrado a tomar la cultura como un derecho equivalente a tener educación y acceso a la sanidad pública. Por eso, hablando solo de Lima –donde sí hay una oferta cultural diversa– no siempre hay público para todos.
En regiones es distinto. A veces no hay proyectos culturales y, al no tener ese acercamiento, hay desconocimiento del poder transformador, social, y político del arte y la cultura. Si todos tuviéramos acceso y supiéramos su valor desde niños, los ciudadanos tendríamos mayor empatía y dejaríamos atrás varias ideas limitantes que no nos permiten crecer como sociedad.
Con relación a esto, es importante que los fondos que ahora otorga el Ministerio de Cultura tengan un mayor alcance comunicacional, para que más personas accedan y puedan realizar proyectos. Y, también, para que los ciudadanos sepan que su dinero se está invirtiendo en hacer cultura; de esa manera también se involucrarían más en las propuestas culturales e incluso exigirían que se ejecuten de la mejor manera.
¿Cuál es la otra arista? ¿Los cineastas peruanos tienen poca posibilidad de exhibir sus películas o cortometrajes?
– Precisamente, el otro punto está directamente relacionado al cine: es la vía de exhibición y esto viene del lado de la distribución. Las obras deben tener un circuito de distribución de acuerdo a su naturaleza, no todas están hechas para pantallas de cine y eso es algo que poco a poco se está reflexionando con las exhibiciones en salas alternativas. En un país como el nuestro, donde el porcentaje de producción local es minoritario frente a lo que ofrecen las productoras internacionales, por lógica de libre mercado las salas de cine elegirán programar lo que les asegure un éxito comercial.
Las salas de cine no optan necesariamente por programar obras peruanas porque los peruanos mismos no valoramos nuestro cine. Y esto está relacionado con el punto anterior, por eso es importante la formación de públicos y el involucramiento ciudadano en la cultura. Por eso, es mejor realizar planes de distribución especializados por productos y aplicar el marketing necesario de acuerdo al público objetivo.
(FIN/Ensayo General)
Inscripciones
La inscripción a la segunda edición del Festival de Cine de Áncash es gratuita y deberá realizarse mediante la ficha de inscripción digital.
La recepción del material se realizará únicamente de manera online. La fecha límite de presentación de postulaciones vence a la medianoche del domingo 10 de julio de 2022. – Podrán participar cortometrajes nacionales cuya producción haya comenzado del 1 de enero de 2020 hacia adelante.
Las bases del concurso se pueden encontrar aquí.
Muestra fuera de competencia:
Mediometrajes y largometrajes dirigidos por realizadores ancashinos sin límite de edad. El género y la temática de las obras son libres, sin límite alguno en la fecha de producción.
