Escribe: Osmar Gonzales Alvarado (*)

Quien quiera saber de Zoila Aurora Cáceres (ZAC) como intelectual y personaje público deberá leer a Sofía Pachas.

Sofía es historiadora del arte por San Marcos y autora de importantes estudios sobre la Academia Concha, Luis Ugarte y las Bellas Artes y, sobre todo, de dos títulos fundamentales sobre ZAC, que firmaba sus artículos con el seudónimo de Eva Angelina.

La primera obra es Zoila Aurora Cáceres y la ciudadanía femenina. La correspondencia de Feminismo Peruano (UNMSM-JNE-Flora Tristán, 2019), y la segunda es Historia del colectivo Feminismo Peruano (1924-1956) (Heraldos Editores, 2024). Ambos títulos nos entregan una mirada cabal de este personaje fundamental en la lucha de las mujeres por el voto y por la igualdad frente al varón. Se trata del tiempo del excluyente Perú oligárquico, que fue, al mismo tiempo, el contexto en el que surgieron o actuaron muchas de las grandes intelectuales feministas. ZAC es parte de ese legado ideológico y, quizás, su expresión más alta porque además de las ideas sumó a sus esfuerzos la organización.

ZAC abrevó del sentido patriótico que invadía su hogar por el ejemplo de su padre, Andrés Avelino Cáceres, el héroe de La Breña, y el de su madre, Antonia Moreno, valiente aliada de su esposo y decidida integrante de la resistencia frente al ingreso del ejército enemigo.

Desde su primer ensayo, ZAC dio los pasos necesarios para alcanzar su objetivo determinado: la emancipación de la mujer, luchar por su reconocimiento como ciudadana plena y hacer evidentes sus cualidades morales. No solo buscó despertar conciencia feminista, sino también conformó la organización más potente para pelear por los derechos políticos de las mujeres. Al mismo tiempo que proponía una reflexión sustentada, guía los pasos de las mujeres hacia los espacios de la participación política. De un modo fundamental, abrió las puertas de las mujeres como ciudadanas y sujetos políticos.

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Dos libros de cabecera para entender el inicio del pensamiento feminista en el Perú. Fotos: Difusión.

Feminismo Peruano

ZAC también fue una articuladora de intelectuales y conformó una red tupida a partir de copiosa correspondencia que Sofía Pachas analiza con profundidad. El resultado de esas comunicaciones epistolares fue Feminismo Peruano, fundado en 1924, que definió su meta con claridad (expresión del convencimiento de la propia Zoila): el reconocimiento del derecho al voto de la mujer.

Sofía Pachas lo expresa del siguiente modo: A partir del poder de la palabra las cartas fueron el medio con las que las misma Zoila Aurora convocó a distintas personalidades para formar parte de la cruzada por el voto de las mujeres, siendo Feminismo Peruano el soporte ideológico que sostendría y aglutinaría el llamado (2019: 46).

Algunos nombres de esa red epistolar eran Dora Mayer, Samanez Ocampo, Víctor J. Guevara, Riva-Agüero, Eguiguren, y muchos más.

Paralelamente, ZAC fue defensora de los trabajadores y sus luchas. De este modo, feminismo, sufragio y luchas trabajadoras constituían una mirada cuestionadora del orden oligárquico aun cuando en una fase embrionaria, para utilizar un término caro a Mariátegui. Pachas plantea en este punto un tema fundamental acerca de si Feminismo Peruano debió ser parte de la lucha política y de insertarse en una ideología o un partido político. ZAC no lo quiso así, pero sus consecuencias, en cuanto al movimiento feminista posterior, derivaron hacia esos terrenos, inexorablemente.

ZAC no asumió una ideología revolucionaria al estilo del comunismo o del aprismo, pero tampoco se podría decir que era conservadora, pues sus planteamientos feministas eran ya, de por sí, renovadores. En todo caso, como muchos intelectuales de la época, ZAC buscó reformar el orden, pero sin buscar derruirlo, como lo había planteado Manuel González Prada.

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Feminismo Peruano, segundo momento

Al año siguiente de haber fundado Feminismo Peruano, ZAC viajaría a Europa y no regresaría sino hasta 1930. Su obra quedó sin su conducción, fue un tiempo de cierta inconsistencia organizativa y de acción. El regreso de ZAC recolocó a Feminismo Peruano en el carril de su búsqueda, al que agrega sus iniciales: FPZAC.

El alcance de acción de esta organización se ramificaría a diversas partes del país. Pero se trata de los años treinta, los de Sánchez Cerro y Benavides, de las insurgencias fallidas del aprismo y de las huelgas dirigidas por comunistas. Tiempos que simultáneamente ensombrece la lucha por el sufragio (el voto de la mujer aprobado en la Constitución de 1933 queda en nada bajo la dictadura), pero da la oportunidad a ZAC de centrarse en consolidar y extender su organización.

La posición del aprismo fue ambigua frente al voto de la mujer. ZAC buscó a Magda Portal buscando su adhesión a la causa sufragista, a lo que esta respondió que ello no era importante, que lo urgente era la revolución. Luego, ZAC escribió al propio Haya de la Torre, quien le contestó que su partido apoyaría el voto de la mujer, lo que no sucedió cuando se llevó al voto en el Congreso Constituyente el sufragio para la mujer. Quien sí apoyaría sería el pensador católico Víctor Andrés Belaunde.

ZAC se da tiempo para llevar su prédica a otros países: Argentina, Chile, además que incorpora un componente especialmente destacado en su pensamiento y actividad, la oposición al fascismo y al franquismo, específicamente. Se manifiesta en contra de los presos políticos, defiende la libertad de pensamiento.

Al respecto, es lamentablemente curioso lo que da a conocer Sofía sobre el olvido de ZAC y su historia en la lucha por el voto de la mujer:

…la gran ausente…en esa larga y hoy todavía poco conocida historia de la lucha por el voto femenino en el Perú fue Zoila Aurora Cáceres. Su nombre no es posible leerlo en ninguno de los documentos oficiales de este proceso, ni en los debates de los congresistas, ni en las solicitudes enviadas por estos colectivos pese a que, durante el debate, varios congresistas aludieron al derecho que tenían las peruanas al voto municipal, logro que se obtuvo tras la campaña que Feminismo Peruano ZAC hizo a lo largo de 1931 (2024: 226).

Su legado

Zoila Aurora Cáceres, escritora, luchadora social, feminista combativa, amante del arte, falleció en Madrid el 13 de febrero de 1958 a los 86 años, no son antes donar el archivo paterno y el de Feminismo Peruano a la Biblioteca Nacional del Perú. Su legado está ahí, incuestionable. Pachas lo ha hecho visible y actual.

No me es posible en estas breves líneas describir con mayor profundidad el contexto y el tejido de ideas forjado en el tiempo de ZAC. Solo puedo señalar que es identificable un diálogo/debate en el pensamiento feminista en tres espacios: a) el de las feministas (y sus detractores) de fines del siglo XIX hasta inicios de los años treinta del siglo XX (Clorinda Matto de Turner, Mercedes Cabello, Elvira García y García, Teresa González de Fanning, María Alvarado, Zoila Aurora Cáceres); b) el de las feministas contemporáneas (Margarita Zegarra, Gina Vargas, Maritza Villavicencio, Rocío Silva Santistevan, María Emma Mannarelli, Francesca Denegri, Sofía Pachas, Sara Beatriz Guardia, Angélica Mota) con las pioneras; y el de las actuales entre sí y con el conservadurismo/fascista que aflora ahora.

Conocer el terreno de las ideas en el Perú incluye necesariamente incorporar los debates de las mujeres intelectuales. Los estudios de Sofía Pachas Maceda aportan brillantemente a ello.

Osmar Gonzales Alvarado es doctor en Ciencia Social por El Colegio de México. Ha sido director técnico de la Biblioteca Nacional, agregado cultural en Argentina, director de la Casa Museo José Carlos Mariátegui. Además, es profesor universitario y autor de poco más de treinta libros sobre intelectuales y pensamiento político.

(FIN/Ensayo General)