Escribe: Osmar Gonzales Alvarado (*)
Es muy gratificante constatar que, a pesar de tantas dificultades que existen en nuestro país para involucrarse en la industria de la impresión de libros, hay espacios que son ocupados por jóvenes editores, con sólida formación académica, que se arriesgan a desarrollar sus emprendimientos dentro de la labor editorial.
Y lo hacen muy bien, con profesionalismo, pero, sobre todo, con una mirada estratégica sobre la importancia de la cultura escrita. Han surgido por afuera de los espacios de influencia de los sellos editoriales consagrados, y esa aparente marginalidad de los centros de poder editorial los hace atractivos, pues difunden obras y autores, de ayer y hoy, que quizás otros no se atreverían a publicar.
Quisiera abordar dos experiencias recientes con los cuales me encuentro amical y profesionalmente ligados, pues he participado de sus publicaciones y presentaciones públicas. La primera es Punto Cardinal Editores y la segunda es Ediciones Achawata.
>> PARA LEER EN RED >> ‘El efecto Proust’: un viaje a la memoria de dos examantes
Punto Cardinal Editores
Esta editorial es producto del entusiasmo generoso de dos jóvenes, Luis Purizaga y Stefano Corzo, a quienes conocí en un curso que dicté, en 2016, en la facultad de sociología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Hoy en día, Luis está concluyendo su doctorado en ciencia política en México y Stefano viene de obtener su grado de maestro en Estudios Latinoamericanos en Países Bajos.
En el transcurso de las clases, los identifiqué como destacados, inteligentes, entusiastas y buenas personas. Cuando me dijeron que estaban tratando de sacar adelante una empresa editorial me sorprendí y preocupé, lo confieso, porque inmediatamente pensé en lo heroico que es aventurarse en una actividad cultural-empresarial de este tipo en el Perú, pues requiere de mucho desprendimiento y vocación.
A pesar de mis temores, Luis y Stefano han sido tenaces y capaces de sostener su editorial a la que han definido explícitamente como de ciencias sociales y humanidades, y que busca ofrecer la posibilidad a investigadores, de Lima y regiones, que empiezan su trayectoria autoral de difundir sus textos académicos, sacarlos del anonimato, colocarlos en el espacio de la circulación de libros y en el entorno que la palabra impresa requiere.
Asimismo, Punto Cardinal desea poner a disposición del público lector-consumidor algunos títulos agotados u olvidados para reinstalarlos en el debate nacional. Y van alcanzando sus metas, pues sus títulos vienen siendo utilizados en las nuevas investigaciones académicas de las nuevas promociones universitarias.
Si bien hay cierta variedad de temas en su catálogo, hay un énfasis evidente en el necesario esfuerzo por reflexionar sobre las consecuencias dejadas por la violencia política en nuestro país en las décadas de los ochenta y noventa del siglo XX. Luego de los dos primeros libros editados y publicados por Punto Cardinal, que son sobre Lima (La ciudad ilegal, de Julio Calderón Cockburn, de 2016) y el problema minero (Ruido político y silencio técnico, de Joaquín Yrivarren, de 2017), vino una seguidilla de títulos sobre el tema de la violencia política bajo títulos como Perú. Tiempos del miedo, de Deborah Poole y Gerardo Rénique, de 2018, primera edición en castellano; La violencia que no cesa, de Ricardo Bedoya y otros, de 2021; De silencio y otros ruidos, de Rafael Salgado Olivera, de 2022, y Uchuraccay y nosotros, de Julio Mendivil, de 2024, en coedición con el Lugar de la Memoria y la Reconciliación.
Se trata de trabajos que no solo analizan las condiciones y contextos en los que surgió Sendero Luminoso y lo que produjo su enfrentamiento al Estado, sino también, sobre todo, explora en las subjetividades afectadas que produjo.
Se completa lo publicado hasta hoy por Punto Cardinal con otro texto de Calderón Cockburn, ¿Qué ciudad es esta?, de 2024, y con la reedición de Señales sin respuesta, de Osmar Gonzales Alvarado, del mismo año, y en coedición con Desco. Formalmente, son ediciones bien cuidadas, modernas, sobrias y elegantes. Todas las publicaciones guardan un concepto estético similar, al igual que el tamaño, lo que las hace de fácil transporte y manipulación.
No son pocas las vicisitudes que han afrontado los directores de Punto Cardinal en la construcción de la editorial: falta de incentivos económicos, lo difícil que es detectar lectores y temas de interés, vincular publicaciones con público consumidor, en fin, tener presencia pública al mismo tiempo que recabar legitimidad académica. Desde obtener los fondos necesarios hasta la difusión del conocimiento hay un camino empedrado de buenas intenciones y a veces de mala competencia y rivalidades que pretenden obstaculizar la conquista de los objetivos establecidos. Aun así, Luis y Stefano avanzan sin importar los perros que ladran y ya tienen en preparación nuevos títulos que pronto verán la luz pública.
>> PARA LEER EN RED >> Salomón Lerner: “No es posible entender la curaduría del arte si no como un acto de amor”
Ediciones Achawata
Ediciones Achawata (larga vida, en quechua) es la empresa editorial dirigida por César Coca y Magdalena Suárez Pomar. Ambos partieron de sus estudios de Letras en las universidades Federico Villarreal y San Marcos para luego tomar sus propios caminos de especialización: César es doctorando a punto de sustentar su tesis en Estudios Latinoamericanos, mientras que Magdalena estudia el doctorado en Estudios Hispánicos, ambos en prestigiosas universidades de Estados Unidos.
Hace tres años, es decir, en 2021, César y Magdalena decidieron poner en movimiento, en sus propias palabras, “una propuesta que busca[r]a situar la atención en el género testimonial, narrativo e histórico”. Entre sus publicaciones hay una colección que deseo relievar especialmente titulada “Ediciones Achawata. Populares. Ensayos” con el propósito principal de “difundir cultura y política de carácter nacional”.
Es una colección con un encanto particular, y es porque está compuesta por títulos y autores de las primeras décadas del siglo XX, muchos de los cuales son valiosos rescates. Pero no solo eso, sino que, además, su presentación gráfica guarda correspondencia con la estética de aquellos años. Es una selección de ciertos títulos clave a los que no se puede acceder fácilmente hoy en día. Esta colección ya tiene tres series que constan de 7 libros cada una; son de formato pequeño, que se ofrecen en una caja ad-hoc, y a un precio popular, tanto individual como por serie.
Se puede mencionar algunos ejemplos para visualizar mejor la intención de los editores: Algunas ideas sobre la cuestión obrera, de Francisco Mostajo; El comunismo en América, de Angelina Arratia; Mujeres de ayer y hoy, de Zoila Aurora Cáceres; El arte y la revolución, de César Vallejo; Educación femenina, de Teresa González de Fanning, entre otros. Sabemos que está en proceso la cuarta serie de esta colección popular.
Simultáneamente, Achawata tiene títulos más recientes y de gran importancia, como Velasco, de Héctor Béjar; Vivir el exilio den la ciudad, 1923, de Ricardo Melgar (nueva edición); En el nombre de la hoja, de Omar Amarayo; Tierra o muerte, de Hugo Blanco; Máxima Acuña, de Magdalena Suárez Pomar, entre varios otros más.
Completando la oferta, los impulsores de Achawata han tenido la feliz iniciativa de publicar una revista de pensamiento social, en términos amplios, llamada Indoamérica, que los editores denominan Cuadernos de Investigación. Ya van cuatro entregas, cada una de ellas con un tema específico: el número 1 sobre el aprismo histórico; el número 2 sobre el MRTA; el número 3 sobre el pensamiento anarquista y el reciente número 4 sobre Mariátegui.
>> PARA LEER EN RED>> La medicina amazónica síntesis entre la ciencia y la tradición curativa
También en este caso, la materialidad de la revista resalta por su estilo de época, tanto en su portada, edición de interiores como por los materiales utilizados.
Achawata es un esfuerzo que merece mayor atención de parte de la crítica, de lectores y del público en términos amplios. Más aun cuando César y Magdalena han decidido con plena conciencia no participar en las licitaciones convocadas por el Estado, se trata de un proyecto independiente: “El trabajo de la editorial solo ha sido sostenido por su comunidad”, subraya Coca. A pesar de esta exterioridad, ha llegado a ser finalista del Premio Nacional de Literatura con la novela Historia, aunque sin poder romper la tradición de los ganadores de siempre.
Coda
Punto Cardinal y Achawata, editoriales dirigidas por jóvenes y bien formados académicos, enriquecen el campo editorial en el Perú. En el tiempo de la virtualidad apuestan por la palabra impresa. Su fin es, simultáneamente, ampliar el mundo lector, contribuir a la formación del pensamiento crítico y conquistar consumidores que adquieran sus títulos. Es decir, enriquecer la oferta editorial, abrir espacios a los autores que van surgiendo, y fortalecer el debate intelectual. No piden apoyo estatal, pero sí equidad en la competencia. Queda pendiente la conquista de los lectores de las regiones.
(*) Las opiniones expuestas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Ensayo General.
Osmar Gonzales Alvarado es doctor en Ciencia Social por El Colegio de México. Ha sido director técnico de la Biblioteca Nacional, agregado cultural en Argentina, director de la Casa Museo José Carlos Mariátegui. Además es profesor universitario y autor de poco más de treinta libros sobre intelectuales y pensamiento político.
Un encuentro entre dos amantes y los recuerdos que los envuelven en un torbellino de sensaciones, ese es el argumento de 'El efecto Proust', obra que se presenta todos los martes y miércoles, hasta el 16 de octubre, en el Selina de Miraflores.https://t.co/T21Xlm0z6E pic.twitter.com/VPPcjaU60J
— Ensayo General (@Ensayo_General) September 25, 2024