En una ciudad donde todos los días se cometen crímenes con empleo de motocicletas, el prejuicio puede llevar a pensar que la cultura motera está ligada al delito, la violencia y la ilegalidad. Para oponerse a este prejuicio, el pintor Bruno Cafferata presenta ‘Metal & Hueso’, su tercera exposición individual.
La muestra reúne pinturas en acrílico sobre papel y lienzo, con trazos fuertes y gruesos que describen oscuros escenarios urbanos. Las imágenes plantean la fusión de la máquina con el ser humano. A propósito de esta observación, conversamos con el artista.
Caferatta estudió en la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes, de donde egresó con la Medalla de Plata. Su obra forma parte del catálogo ‘200 años de Arte y Libertad’, registro histórico de artistas peruanos que preparó su alma mater con motivo del Bicentenario de la Independencia del Perú.
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¿Lima, con su caos y desorden, puede ser considerada el escenario de su obra? ¿A qué otros espacios físicos nos remite?
– Encuentro mis ideas dentro y fuera de lo urbano. Me gusta Lima, pero no su caos; sin embargo, es algo en lo que estamos envueltos. Inevitablemente, me fijo en los personajes que, creo, representan el entorno, pero no solo en Lima sino de otras urbes.
En la muestra también presento algunas escenas y objetos singulares que me llamaron la atención y pinté. Me emociona pensar en la conversión de la imagen a trazos y en la gestualidad de las brochas y la pintura.
¿Sus pinturas pueden ser ubicadas en el micro espacio de la cultura motera?
– Me gustan las motos y es un tema que no he visto representado en espacios artísticos. Yo me remito a la motocicleta no solo como objeto, sino como estilo de vida.
La exposición va más sobre la conexión entre el hombre y la máquina, la velocidad y el control sobre uno mismo. Como artista uno espera que la obra conecte con las personas de diversas maneras, me gustaría que el visitante no se limite solo a ese espacio y que invite más a la exploración.
¿Cómo escapar, desde el arte, del prejuicio que llega a perseguir al motero, ligándolo con el mundo delictivo?
– Hay un sector que solo relaciona las motos con peligrosidad, accidentes y delincuencia, sin embargo, en moto les llevan el gas a su casa, la lista del mercado, su comida, sus medicamentos, sus antojos, etcétera.
Tenemos que trabajar mucho, más de manera personal, cuestionarnos y dejar de repetir sin pensar. Espero que la muestra permita un acercamiento, al menos desde la parte estética. Sería un inicio: las máquinas no cometen crímenes, las personas sí.
Usted es artista plástico y también publicista. ¿Cómo se logra el equilibrio, sin ser absorbido por el ‘mercado salvaje’?
– Ambos rubros se llevan bien. El arte ahora necesita publicidad y redes sociales, y la publicidad necesita del arte y del diseño para lograr mayor alcance e impacto en su audiencia. Uso las mañanas y tardes para pintar, aprovecho la luz natural y solo pienso en lo que quiero ejecutar.
Cuando oscurece, hago trabajo de diseño y tengo que pensar en lo que desea el cliente y cómo él se quiere proyectar en su público. Llevo muchos años en eso, aún no he pensado dejarlo.
En el contexto del Bicentenario, su obra forma parte del catálogo ‘200 años de Arte y Libertad’. ¿Qué significa esta celebración, desde el arte?
– El catálogo por el Bicentenario es una recopilación de artistas destacados de Bellas Artes en sus más de 100 años de trayectoria, es un archivo importante para la historia del arte del Perú. Me emocionó haber sido seleccionado para formar parte del catálogo junto a grandes artistas que admiro mucho, como Tilsa, Humareda, Shinki, Polanco y otros.
Después de ‘Metal & Hueso’, ¿cuáles son sus próximos proyectos?
– Lo único que tengo seguro es desarrollar el gran formato, es algo que quiero retomar de manera personal. No me gusta pensar en un proyecto, prefiero –cuando la necesidad aparece y conforme avanza– empezar con mi producción de manera natural.
(FIN/Ensayo General)
En Miraflores
‘Metal & Hueso’ se presenta en la galería de El Ilusionista Art Coffee. Estará hasta el 3 de septiembre en el local de calle José Gonzales 473, Miraflores.
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