César Lau: “El problema de la educación no es la tecnología”

El economista César Lau, especialista en gestión y evaluación de la calidad en educación superior, es consultor académico de la corporación Casio para América Latina y, desde esa posición, impulsa talleres y actividades de capacitación de maestros para la enseñanza de ciencias y matemáticas.

Desde 2009, el Programa Casio Académico ‘Gakuhan’ en Latinoamérica ha capacitado –mediante talleres– a más de 5,000 docentes de matemáticas y ciencias de escuelas, universidades e institutos superiores del Perú, sobre cómo integrar la tecnología de las calculadoras en los planes de estudio.

“Usar dispositivos tecnológicos es parte del estilo de vida de las nuevas generaciones, por lo tanto, las metodologías de enseñanza deben modernizarse e incorporarlos para realizar clases más interactivas, generando un aprendizaje significativo”, opina Lau.

Esta semana, Casio presentó en Lima su nueva línea de calculadoras científicas ClassWiz, equipos que incorporan pantalla LCD de alta resolución, menú en español, tecnología para visualizar hojas de cálculo y código QR para interactuar con smartphones y tabletas electrónicas.

Como parte de esa presentación, Lau compartió con los participantes los enfoques de Casio respecto a la enseñanza y el aprendizaje de ciencias y matemáticas y la importancia de los recursos tecnológicos en este proceso. La siguiente es una conversación con la agencia Andina.

 Desde la experiencia de Casio en actividades académicas, ¿cómo observan el problema de la educación?

– Nuestra experiencia como Casio se centra, específicamente, en la enseñanza de matemáticas y ciencias. Y allí el problema, más que la tecnología –que sí es un factor, pero solo uno– es la formación de los docentes, es decir, la mirada que tiene el maestro de lo que son la educación, la capacitación y la propia formación docente.

Entonces, hace falta innovar en cuanto a estrategias, a maneras de planeación, a nuevas formas de educar y se necesitan también cambios curriculares, porque muchos de los contenidos que hemos encontrado o ya son obsoletos o no tienen una aplicación práctica real.

El argumento de los maestros, muchas veces, es que eso sirve para que te formes y puedas, después, hacer otras cosas, lo cual es discutible, porque por enfocarse en cosas operativas, muy básicas –‘carpintería’, sobre todo– dejan de desarrollar procesos importantes: procesos de razonamiento, procesos de modelación, de resolución de problemas reales. La tecnología se puede incorporar para abordar estos aspectos, sin embargo, el problema de la educación no es la tecnología.

 Y, en su opinión, ¿en qué momento se resuelve ese problema? ¿En las universidades, en los pedagógicos, en el proceso la formación de los maestros?

– Hay distintos momentos para resolverlo. Encontramos dificultades, por ejemplo, en la misma formación, porque muchas veces los docentes que forman a los maestros no tienen la suficiente experiencia enseñando, es decir, logrando aprendizajes (en sus alumnos). Hay, seguramente, muchos docentes de carrera que están en los colegios y que tienen más experiencia y más situaciones reales que compartir.

Ahora, el problema se podría atender desde las universidades, en la formación de los maestros, pero también se hace ya cuando el docente está en carrera, cuando está en aula, trabajando. Casio los convoca y aporta en su formación continua. Y eso –aunque quizás sea solo una percepción mía– parece que funciona más rápido, porque ellos toman esa formación, la nueva información y las nuevas capacidades, van al aula y las aplican. Y si eso se hace durante un período no extenso pero sostenido: sí se logran ciertos cambios; es complejo, pero se puede.

 ¿Es allí donde está apostando Casio con su propuesta académica?

– Exacto. Nosotros lo que hacemos es convocar a profesores que están en actividad y les hacemos una muestra, un pequeño proceso de formación mientras ellos continúan con sus clases. Entonces vienen, se capacitan, retornan al aula, vuelven a la capacitación, regresan nuevamente al aula para seguir aplicando. Y hacemos muchos ejercicios: por ejemplo, escribir libros, diseñar actividades, aplicarlas con los estudiantes, trasladar lo que nosotros les mostramos, crear sus propias actividades…

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En la enseñanza de matemáticas y ciencias, el problema, más que la tecnología –que sí es un factor, pero solo uno– es la formación de los docentes. Foto: Julissa Bartra, cortesía Casio.

 ¿Cuál es el beneficio para el maestro que dice: “De acuerdo, voy a los talleres de Casio, pero, ¿qué recibo a cambio”?

– Al momento de una convocatoria, muchos de los docentes que aceptan –y son ellos quienes van a lograr el cambio en la educación en nuestro país– son aquellos que no van por un beneficio material específico. Nosotros podríamos decir: “Te regalo una calculadora si vienes”. Pero, no. Muchos docentes aceptan el llamado por la formación y solamente por la formación. Que después, al final, digan: “Ah, ok, para hacer esto en aula necesito este recurso tecnológico, ¿cómo me lo podrías dar?”, perfecto.

Pero, aunque no tuvieran a la mano ese recurso tecnológico, lo que aprendieron lo podrán extrapolar y utilizar otros recursos con sus estudiantes. Entonces, ese aprendizaje es lo más valioso. Los docentes que vienen a nuestras formaciones acuden precisamente por eso y seguro por esa razón tenemos tantos contactos en la región, a nivel de maestros.

De hecho, este proceso no lo hemos inventado nosotros. Como Casio tenemos ciertas ideas, hemos innovado algunas cosas, pero creo que lo valioso es que estamos ante una construcción conjunta y social de una comunidad educativa que ya estamos formando en distintos países.

 Usted hizo una precisión al inicio, para detallar que trabajan con ciencias y matemáticas. En ese ámbito, esa distancia que muchos maestros sienten respecto a estas materias se traslada luego a los estudiantes y, entonces, nos encontramos con jóvenes que les tienen terror a las matemáticas…

– Sí, eso es algo que discutimos siempre de entrada. ¿Qué sucede? Y hay mucha investigación al respecto: sucede que la mirada que tiene el docente respecto a lo que son las matemáticas y lo que significa aprender matemáticas, es lo que ellos luego enseñan en el aula.

¿Y qué significa eso? Que, si el docente piensa que la matemática es escribir y operar y hacer operaciones en hojas y rellenar hojas con lapicero, eso es lo que él hace en clase.

En el mismo sentido, si el docente piensa que la matemática es salir a las calles, observar –por ejemplo– un puente y luego tratar de modelarlo en el aula con sus alumnos, aprovechar situaciones de la vida real, entonces eso es lo que trabaja en clase. De modo que la clase tiene un componente muy fuerte de lo que el docente cree que es aprender y saber matemáticas.

 A veces, en la misma institución educativa las miradas de 5 o 6 docentes de matemáticas son totalmente dispares entre sí: cada uno piensa que aprender matemáticas es una cosa diferente. ¿Y sabes por qué? Porque nunca nadie se los preguntó. Y eso lo descubrimos en los talleres, cuando preguntamos de entrada: “Para usted, ¿qué es aprender matemática?”. Y cuando todos comparten lo que han escrito, se dan cuenta de que cada uno pensaba distinto. Así, el proceso depende mucho de la mirada que maneja cada uno.

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Casio ha organizado talleres en todo el país en los que se ha capacitado a más de 5 mil maestros. Captura de pantalla, presentación César Lau.

 ¿Considera que, como país, necesitamos más jóvenes matemáticos y científicos, en lugar de youtubers e influencers?

– Creo que cada ser humano tiene habilidades que debemos ayudar a potenciar. Y a pesar de que a mí me encantan las matemáticas, la física y las ciencias, los estudiantes no tienen culpa de que a mí me gusten esas materias.

Entonces, yo no tengo por qué convertir la clase de matemática en una tortura.

Creo que debe haber más científicos, sí. La ciencia es uno de los pilares del desarrollo de un país, definitivamente. Ahora, ¿que los científicos deben reemplazar a los youtubers y a las nuevas modas y profesiones? No, no lo creo, porque incluso se podría lograr que un buen youtuber sea un gran matemático y viceversa: que un buen matemático sea un gran youtuber. O que sean aliados. Creo que necesitamos de todo y darle mucha fuerza a lo que tenemos.

(FIN/Fuente ANDINA)

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