Montañas, remolinos, templos, atardeceres, moluscos, océanos y seres fantásticos, todos aludidos en el trazo de la artista plástica Mariella Lanata, forman parte de la muestra ‘Eco de los mares’, una exploración de las conexiones entre el ser humano y su entorno.
“Mi pintura es un espejo de mi caminar en la vida; cada experiencia, cada circunstancia personal o externa, influye sobre mi expresión artística para crear un trabajo continuo que llamo ‘series’ –comenta Lanata–. Los artistas somos seres sensibles a lo que nos rodea, a lo que el mundo vive”.
A diferencia del acercamiento cotidiano al mar –el de cualquier persona en busca de esparcimiento o descanso–, Mariella Lanata ve en el océano el potencial del aprendizaje: “Por sus tantas maneras de manifestarse, el agua nos enseña que somos fluidez, movimiento, flexibilidad y adaptabilidad”.
‘Eco de los mares’ incluye más de 35 piezas y kakemonos –pinturas sobre papel de arroz– y gestos caligráficos de pequeño formato: “La exposición crea así un ritmo visual dinámico e íntimo, con el que la artista explora un viaje interno y una reflexión sobre el significado de una travesía marítima”.
Un contenedor de memorias
“El contacto con el agua, en un contexto como los mares, es sentir la fuerza, la presencia, la inteligencia y la vida que ella contiene; es vivir nuestras aguas saladas internas, recordar de dónde hemos venido, desde la evolución del ser humano hasta nuestra experiencia intrauterina”, añade.
Utilizando restos y fragmentos de tiempo para crear obras que fusionan lo figurativo con lo abstracto, la artista entiende al mar como un repositorio gigantesco, no en el sentido formal que podría ser el de una hemeroteca, sino como un espacio propicio para la evocación creadora.
“El océano es un contenedor de memorias pasadas, presentes y futuras; su movimiento nos influye, nos cuestiona y nos lleva a comprender cómo somos y quiénes somos –precisa–. Estar en contacto con los mares es recordar la historia de la humanidad en el presente”.
La muestra de Lanata se realiza en el marco de las conmemoraciones de los 125 años de la inmigración japonesa al Perú, de allí que los kakemonos de la artista sean una suerte de contribución para este festejo. El papel es un arte milenario en la tradición japonesa y, así, cada hoja deviene de un ritual.
“He utilizado el papel arroz como soporte de mis tintas, siendo una de las bases de la expresión de la caligrafía japonesa. Así como hay fusión en la cocina peruano-japonesa, para mí la tinta y el papel arroz son ingredientes esenciales para crear una fusión en mis gestos caligráficos, como peruana dentro de una tradición japonesa”, enfatiza la expositora.
Recorrido artístico
Lanata empezó sus estudios en la Escuela de Artes Plásticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, así como en el instituto de arte Penninghen y la Académie Charpentier en París, Francia.
Desde la década de 1980, se formó principalmente en dicho país europeo, no solo en pintura, sino también en disciplinas como la caligrafía, la litografía y la danza.
En la actualidad, se desarrolla profesionalmente en las ciudades de Lima y Narbona (Francia), donde ha tenido exposiciones y performances. Además, ha exhibido su trabajo en Chile, Inglaterra, Estados Unidos y Suiza. En el 2023 publicó el libro para colorear Las 7 Llaves de la Cosmovisión Andina.
“He crecido observando la danza de las olas cantando sobre las rocas de la costa peruana –recuerda la artista, filtrando sus propios ecos de mar–. La flora y fauna del Perú me han transportado, enriquecido y fascinado; mi arte, en sus diferentes manifestaciones, está nutrido de lo vivido y lo sentido”.
(FIN/Ensayo General)
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La exposición ‘Eco de los mares’ estará abierta al público hasta el 14 de julio, de martes a domingo (de 10:00 a. m. a 1:00 p. m. y de 2:00 p. m. a 8:00 p. m.) en la galería de arte Ryoichi Jinnai del Centro Cultural Peruano Japonés (av. Gregorio Escobedo 803, Jesús María). Ingreso libre.
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