“El público viene al teatro para sumergirse en una historia y conectar con sus vivencias”

Entrevista: César Chaman

A los autores clásicos se les mira muchas veces como ‘lejanos’ en el tiempo –opina el director teatral Lucho Tuesta–; se les ve como a gente que no hizo en la literatura o la dramaturgia cosas que “ahora nosotros sí hacemos”. ¿De qué habla Tuesta? En el escenario del teatro Ricardo Blume, en Jesús María, el codirector de ‘El Diablo’ responde una pregunta sobre León Tolstoi y la autoficción.

La interrogante ha surgido prácticamente sola, después de la escena de Sebastián Stimman y Ricardo Velásquez: un joven terrateniente de la Rusia zarista se muda al campo para administrar la hacienda que heredó de su padre y coordina con un capataz ciertas ‘visitas íntimas’ para aplacar el deseo, ahora que vivirá alejado de los placeres que sí podía permitirse en la ciudad.

¿Cuánto del auténtico Tolstoi reposa debajo del texto de ‘El Diablo’? Más aun, ¿qué tanto por ciento de este relato –escrito hace más de cien años y adaptado para el teatro por Mateo Chiarella–, mantiene vigencia en el siglo XXI? Para Lucho Tuesta, el valor de los clásicos reside en su capacidad de llegar a la fibra universal del ser humano, más allá de modas y calendarios.

En ‘El Diablo’, el novelista ruso lleva a su protagonista a transitar íntimamente entre la moral y la tentación, entre el deseo y la culpa, “para representar la imperfección del ser humano”. En suma, es la historia de una persona que habló desde su condición de hombre y de cómo las pasiones, la ética y la moral son las cotas de un territorio simbólico donde vivimos cuestionándonos en todo momento.

La siguiente es una breve conversación con Lucho Tuesta sobre el teatro, los públicos, los clásicos y esa suerte de tentación que rodea a la dramaturgia contemporánea de conjugar colectivamente el verbo “autoficcionar”.

>> PARA LEER EN RED >> ‘Fantasmas’: una noche para pagar viejas deudas de amor en una casa embrujada
‘El Diablo’, una autoficción de León Tolstoi sobre la moral, la tentación y la culpa. Foto: Difusión.

¿Cuáles son los desafíos de traer al teatro a un autor clásico como Tolstoi, más de 100 años después de su desaparición física?

– El primer desafío que tuvo Mateo Chiarella fue traer el cuento ‘El Diablo’ al teatro y creo que lo ha hecho de una manera magistral. Luego, lo que hemos tratado de hacer es darle a la obra un carácter de thriller. Y el reto, por supuesto, ha sido enfrentarnos a un autor tan complejo que nos muestra una historia cercana a él.

¿Es la historia del propio Tolstoi?

– Este relato fue escrito hacia el final de su vida, cuando Tolstoi se hacía muchos cuestionamientos morales y religiosos y el tema de la tentación le estaba rondando:  él era un hombre casado, con hijos, ya mayor, pero sentía esta debilidad por… Tolstoi no sabía cómo lidiar con sus sentimientos, en cuanto a la tentación, y escribe este cuento como una forma de purgarse.

Para nosotros ha sido muy enriquecedor traerlo a un género como el thriller, que tiene mucho de eso: mucho de seguir al autor en esa espiral íntima, mucho de mostrar cómo va cambiando su vida a partir de las decisiones que toma. Y de cómo las demás personas influyen y cómo “el diablo” puede estar en uno mismo o pueden ser los otros.

Pese al tiempo transcurrido, estos temas y el debate entre el ‘querer ser’ y el ‘deber ser’ son actuales. 

–Son muy actuales, siempre los ha tenido el ser humano. Me parece que Tolstoi iba con certeza a la fibra universal del ser humano, a los sentimientos. Y por mucho que lo podamos ver como a un escritor de hace 100 o 150 años, es un autor vigente en sus novelas, cuentos y obras de teatro. Para nosotros ha sido enriquecedor. 

Mateo ha hecho un trabajo de adaptación increíble, respetando el espíritu del relato original hasta el final. Pero él ha creado una estructura dramática que nos sirve para contar la historia de una manera contemporánea y en un espacio circular como éste.

Quiero referirme a las preferencias del público: la televisión y las redes son básicamente entretenimiento, mientras que el teatro casi siempre obliga a pensar. ¿Cómo resuelven esta especie de contradicción?

– No, yo no veo una contradicción. Considero que el teatro también tiene la función de entretener y llegar al público. Y eso implica contar bien una historia, ya sea una comedia, un drama o una tragedia. Creo que el público va al teatro para ser llevado a una historia y hacer vínculo con lo que le está pasando y lo que siente. El público viene al teatro para sumergirse en una historia y conectar con sus vivencias.

Y eso implica pensar…

– Sí, eso es reflexión, es análisis. Pero no quiere decir que el teatro tenga que ser aburrido. Por el contrario, yo creo que la gente sale muy conmovida de las salas, tanto si vio una comedia como si estuvo ante un drama. La misión de nosotros (quienes hacemos teatro) es contar bien una historia y lograr que sea interesante, independientemente del género. Así que no encuentro ninguna contradicción.

Hasta el 26 de junio en el teatro Ricardo Blume. Afiche: Difusión.

Hay una tendencia en el teatro a hacer autoficción; ustedes están apostando por un clásico. ¿Qué opinas de esta opción de llevar a escena una autobiografía ‘enriquecida’ con las licencias de la creación? 

– Curiosamente, esta obra es casi autobiográfica respecto de Tolstoi. Entonces, de alguna manera, estamos haciendo una suerte de autoficción, no de nosotros, pero sí de un autor que escribió este relato en clave de autoficción; estamos llevando a las tablas ‘su’ historia.

‘El Diablo’ es la historia de una persona que habló desde su condición de hombre de su tiempo y de cómo las pasiones, la ética y la moral son elementos que nos tienen siempre cuestionándonos. Entonces, me parece curioso lo que me dices porque siempre ha habido eso (autoficción) de parte de los autores clásicos. Se les ve como lejanos (en el tiempo), como que no han hecho cosas que ahora nosotros sí hacemos. Pero la autoficción ya ha estado aquí antes, desde hace mucho tiempo.

(FIN/Ensayo General) 

‘EL DIABLO’ EN JESÚS MARÍA

[*] Cuenta la historia de Yevgueni Irténiev (Sebastián Stimman) quien debe encargarse de la hacienda familiar para volverla productiva y, así, pagar las deudas que dejó su padre al fallecer. Al estar lejos de la ciudad, piensa que no podrá iniciar un vínculo con una mujer de su entorno social. 

[*] Entonces decide iniciar una relación clandestina con una muchacha de la aldea más cercana (Andrea Luna) a la que, de una manera misteriosa, quedará atado, incluso después de contraer matrimonio con una bella e inocente joven (Valentina Saba). 

[*] Adaptación del relato ‘El Diablo’ del novelista ruso León Tolstoi. Thriller psicológico dirigido por Mateo Chiarella y Lucho Tuesta. Actuaciones de Sebastián Stimman, Andrea Luna, Milena Alva, Lilian Nieto, Ricardo Velásquez y Valentina Saba.

[*] Funciones de viernes a lunes a las 8:00 p.m. (domingos a las 7:00 p.m.) en el teatro Ricardo Blume (Jr. Huiracocha 2160, Jesús María). La temporada va hasta el 26 de junio. Las entradas están a la venta en Teleticket y en la boletería del teatro. Lunes populares. 

>> PARA LEER EN RED >> A debate: “El arte no tiene fronteras ideológicas ni económicas”

Más Noticias Destacadas

Tito Andrónico: el triunfador en la guerra, el desdichado en la vida

‘Tito Andrónico’, presentada por IRA Producciones, tendrá una corta temporada en el teatro Segura, hasta el 4 de agosto. Las funciones se llevan a cabo de miércoles a domingo a las 8:00 p.m.

Las entradas se encuentran en la plataforma de Joinnus.

Deja una respuesta

CONTACTO

Magdalena, Lima-Perú  | +51 908 801 019  |  contacto@ensayo-general.com
Para mayor información los invitamos a suscribirse.

Las notas, entrevistas y artículos de ‘Ensayo General’ son gratuitos, pueden ser utilizados y publicados citando la fuente. Si deseas colaborar con ‘Ensayo General’, puedes ingresar a Yape en el Perú y a PayPal desde el exterior.