“Todas las personas, sin importar su condición, pueden desarrollarse artísticamente”

‘A un cielo de distancia’ es un unipersonal donde la actriz Laura Santa Cruz presenta una historia de resiliencia y reconstrucción personal. Con una mirada madura, la protagonista recorre los sentimientos, penurias y alegrías vividas por una niña que perdió a su madre y que luego descubre la verdad: fue un suicidio.

La puesta en escena es emotiva y consigue que el espectador establezca una relación de empatía con el personaje. Al mismo tiempo es reconfortante porque el relato, conforme avanza, logra transformar lo vivido –el dolor– en un estado de paz y tranquilidad. Y todo ello gracias al arte.

Con escenas de canto y música en vivo, el humor no es ajeno, sobre todo cuando Santa Cruz presenta a su ‘niña’, construida con retazos de personajes icónicos para una generación como la suya: la abeja Maya, Candy y el Chavo del Ocho. 

Resalta la delicadeza con que se toca el tema de la salud mental, la depresión y el propio suicidio, colocándolos en agenda y llamando a la necesidad de entenderlos y atenderlos.

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La corta temporada, que va de viernes a domingo hasta el 23 de abril, es el espacio para que Laura despliegue en el escenario un espectáculo que incluye dramaturgia, música y baile, bajo la dirección de Paloma Carpio y Andrea Valdivia.

Conversamos con la protagonista en torno a la obra, el teatro y el arte.

Transformar el dolor en belleza desde el arte. ¿Es ese el mensaje central de ‘A un cielo de distancia’?

– Así es. No es fácil porque requiere de un proceso terapéutico, de tener un entorno que te acompañe y sostenga. Creo que todas las personas lo pueden hacer, sin embargo, necesitamos incorporar las artes en los distintos espacios sociales y educativos como herramienta de expresión de nuestra autenticidad y de sanación. 

Somos una sociedad que escucha poco y que no permite los espacios suficientes para la contención y la expresión sin exponernos a juicios de valor.

La muerte, el luto y el dolor estuvieron presentes en la pandemia, durante la cual incluso no se pudo despedir a los muertos. ¿El arte puede ayudar a curar esas heridas?

– Las heridas se cierran pero, a veces, las cicatrices quedan. Lo importante es resignificar la pérdida y reelaborar el vínculo. Las políticas públicas relacionadas a la salud mental (si es que existen) deben contemplar estrategias de acompañamiento del duelo para episodios traumáticos de nuestra sociedad, como lo fueron la pandemia y el conflicto armado interno. 

No puedo dejar de pensar en las personas que perdieron a sus seres a causa de la violencia política, y que no han hallado justicia ni reparación. En mi caso, que es muy distinto, está en mis propias manos hallar esa «justicia poética» y reparación. 

Creo que el arte, definitivamente, permite sanar y a la vez reinventarte. El ser humano vive y se nutre de imágenes, símbolos, de la imaginación y de la belleza. Las artes son el alimento de nuestra alma.

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Unipersonal que toca el tema de saluf mentan y lo pone en agenda. Foto ©Victor Idrogo.

El baile, el cuerpo, el movimiento y la música están presentes en toda la obra. ¿Podemos hablar de espectáculos multidisciplinarios? 

– Por supuesto, los artistas en realidad somos interdisciplinarios. Un lenguaje siempre te lleva a explorar otro. La música te lleva al cuerpo, la voz te lleva a mover las manos y los pies. 

Las posibilidades humanas siempre son infinitas. Solo necesitamos los espacios y las oportunidades para desarrollar esa versatilidad. Afortunadamente, las nuevas generaciones de actores y bailarines cada vez más lo entienden así.

El arte, la danza, el teatro, el baile y otras artes. ¿Es necesario cultivarlas desde la infancia o también se pueden ubicar en la edad madura?

– En términos de garantizar un desarrollo humano integral, creo que las artes deben ser parte de las etapas de formación de cualquier ser humano. En el caso de las personas adultas que no hayan podido acercarse a algún lenguaje, siempre está la oportunidad.

Estoy convencida de que todas las personas, sin importar su condición o circunstancias, pueden desarrollarse artísticamente. Nunca es tarde. Yo empecé a los 21. Y fue la mejor decisión de mi vida. 

(FIN/Ensayo General)

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Última semana

[-] ‘A un cielo de distancia’ va hasta el 23 de abril, de viernes a domingo a las 8:00 p.m. en el teatro El Galpón (avenida Cipriano Dulanto 949, Pueblo Libre).

[-] Esta es una pieza teatral impulsada por el colectivo Tránsito-Vías de Comunicación Escénica, fundado en el 2005 ante la necesidad de reforzar el vínculo entre la labor de los artistas y el ejercicio responsable de la ciudadanía.

[-] La protagonista, Laura Santa Cruz, ha desarrollado, en la línea de investigación escénica, dos proyectos como antecedentes de esta temática: 

[-] ‘El redoble de mi corazón’, pieza de danza-teatro que recurre al lenguaje de la marinera norteña para abordar la historia de una mujer que encuentra en este baile un camino de renacimiento espiritual.

[-] ‘Reconstrucción: nombre femenino’, montaje teatral sobre la violencia de género en el Perú donde la actriz recurre a la marinera norteña para relatar un testimonio personal. La obra aborda el tema del suicidio de la madre y cómo, a través de la danza y la marinera, la actriz se repara de ese dolor.

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