Escribe: Renzo Chávez L.
Juan Castillo nunca pensó que intentando evitar el suicidio de Kenya Nakamura se metería en tantos problemas. Gracias a un complot social del destino, el personaje principal de ‘Harakiri’ representa a las personas que son maltratadas por una sociedad hipócrita y carente de valores.
Así, Juan confronta con policías, un juzgado, autoridades religiosas y hasta con delincuentes en prisión, pero cada escena plantea un nuevo conflicto que ahonda sus problemas.
Esta obra, escrita originalmente por Sergio Arrau, tendrá presentaciones en cuatro fechas gracias al colectivo teatral Telón Mestizo, que pone en escena una crítica a la sociedad peruana cargada de humor y sátira.
Mirada crítica social
El director de la obra, Víctor Lucana Salas, considera que esta puesta en escena es una crítica de la doble moral de la sociedad peruana, como seguramente quiso el autor. “A Jorge Arrau le gustaba criticar mediante la burla, era muy satírico, usaba la mofa. Reírnos de nuestros problemas ayuda a entendernos mejor”, comenta.
Que Telón Mestizo presente Harakiri no es coincidencia. Este colectivo surge en el 2017 a iniciativa de Jorge Castillo y Víctor Lucana, entonces estudiantes de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD): “Quisimos romper la estructura y pasar de estudiantes a empíricos en el mundo teatral para crear nuestro propio mercado”.
Así, construyeron su primera puesta en escena: ‘Triaje’. Recogiendo anécdotas y testimonios reales, contaron la historia de dos hermanos que intentaban salvar la vida de su hermana en un centro de salud, frente a una serie de factores que se agravaron por su condición económica. En resumen, un reflejo de como algunas clases sociales tienen sus privilegios.
“Lo que buscamos en Telón Mestizo es cuestionar, reflexionar y, también, denunciar la realidad peruana acorde a la subdivisión de clases sociales. Compartimos una mirada crítica social de lo que sucede en Perú”, dice Lucana.
‘Triaje’ llegó a presentarse en escenarios importantes, como la Fiesta Internacional de Teatro en Calles Abiertas (Fiteca), la primera edición del Festival de Teatro Libre (Festel) e incluso en la misma ENSAD, que entregó un galardón a la puesta en escena.
“En el 2020 íbamos a presentar la segunda obra, pero la pandemia nos detuvo. Ahora retomamos con Harakiri”, añade el director.
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Trabajo maratónico
‘Harakiri’ se preparó en dos meses, desde febrero de este año. Lucana señala que fue un trabajo maratónico: “La complejidad de este proceso ha estado en hacer la obras con seis actores con quienes hemos tenido que organizarnos bien para coincidir en tiempos y dos días de ensayos a la semana. Nos ha costado fuerza, voluntad y peleas, que son parte del teatro”.
Una constante en el teatro –y en esta puesta en escena– es la multiplicidad de personajes para un solo actor o actriz. En este caso, con un elenco de seis personas se hace un total de 16 personajes. El actor protagonista actúa en un solo un papel, pero tiene a un compañero que debe hacer hasta cinco.
Gisela Oncoy le da vida a tres personajes: una mujer que acusa, un canillita y una viejita que va a dejar flores al cementerio. “Con la experiencia vivida construí a mis personajes –explica–. En sí, el mismo texto te da tanta información de los personajes que evalúas y se parecen a personas que conozco; agarro características específicas de cada una y las represento”.
“Me gustan mucho los personajes porque son una exageración de cada persona en la sociedad. Existen personas así, pero lo llevas al extremo para que el público lo entienda mejor”, agrega.
Por su parte, Ángel Arakaki tiene que representar a un juez y a un obispo. “El obispo es totalmente lo contrario del juez. Al principio era difícil hacer ambos, pero con la práctica pude hacerlo más ágil”.
“Representar al juez ha sido más fácil, por mi carácter. Se presta para mi personalidad, porque este personaje puede ser corrupto pero recto y bastante gruñón; en cambio el obispo me costó más, tuve que hacer un completo cambio de personalidad”, recuerda Arakaki.
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Sobre ‘Harakiri’
El director señala que ‘Harakiri’ busca que las personas tengan ese cuestionamiento planteado por Bertolt Brecht que hace que el público se vuelva más que un espectador entretenido para ser un espectador pensante.
“Quiero que se cuestionen con una crítica social de lo que está pasando en este país y que reconozcan que todos, como sociedad, estamos destruyendo a muchos ‘Juan Castillo’ que son desaparecidos, denigrados, rechazados e incluso desterrados”.
Esta obra toca áreas muy particulares como la religión, la política y la justicia. “Cuestiona a los jueces, a las personas que se dedican a la fe, a las autoridades, a todas las personas en sí; hay una doble moral que hasta ahora no somos conscientes para reconocer”, enfatiza Víctor Lucana.
El elenco lo forman Misael Acho, Miguel Villanueva, Gisela Oncoy, Ángel Arakaki, Ronald Tapia y Jerica Villafuerte, quienes representarán con hilaridad la decadencia social que abruma a quienes intentan ser buenas personas.
Las presentaciones serán el 22, 23, 29 y 30 de abril a las 7:00 de la noche en el Club de Teatro de Lima (Av. 28 de Julio 183, Miraflores). Las entradas pueden adquirirse en Atrápalo.pe o en el WhatsApp +51 936 169 043.
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