Escribe: María Ynés Aragonez
“El que estudia triunfa» es un refrán con el que crecieron muchas generaciones de peruanos. Hoy, en una sociedad donde el individualismo, los escándalos de corrupción y los retrocesos en materia educativa son cotidianos, todavía hay maestros que apuestan por la mejora de la calidad educativa.
‘Ensayo General’ conversó con Lucía Acurio, presidenta del comité organizador del CADE Educación, directora del grupo Edutec y presidenta de Propósito Perú-Cero Niños sin Aprender al 2030. Aunque a veces la asalta el desánimo, ella cree que es posible una revolución educativa.
Acurio, que ha sido directora de Innovación Tecnológica en el Ministerio de Educación, desde donde diseñó la política ‘Inglés, puertas al mundo’ y la Estrategia de Tecnologías Digitales en la Educación, prepara la 15° edición de CADE Educación. Entre el 22 y el 24 de agosto, este evento reunirá a los principales especialistas en el tema de innovación educativa.
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La crisis de la educación peruana es un mal crónico. ¿A quién o quiénes corresponde impulsar los cambios para que esta situación se revierta?
– Creo que es una responsabilidad de todos los actores del ecosistema educativo, empezando por el Estado, desde el Ministerio de Educación, y el aparato de administración territorial, con los gobiernos regionales y sus direcciones de Educación.
Corresponde, también, por supuesto, a la empresa, que debe apostar por la construcción de una economía a prueba de futuro, basada en una transformación de la educación como eje clave del desarrollo y la prosperidad.
Y, además, a la academia privada, tanto como a las organizaciones sociales enfocadas en proyectos de educación, que también deben tener un rol protagónico. Todos en conjunto, articulados en una coalición por la revolución educativa para lograr calidad e inclusión, es la fórmula de las oportunidades. Una coalición para la calidad y la inclusión en la educación traería oportunidades para todos.
Usted ha señalado que es importante un mejor enfoque del currículo ya que éste debe ser orientado a la ciencia, tecnología, arte y matemáticas. ¿Cómo lograr esos avances?
– Si bien hoy, como país, contamos con un currículo con enfoque por competencias, a este paso debe seguirle el de modelos y metodologías innovadoras que rompan con la tradicional división de las áreas disciplinares.
Se debe apuntar por la multidisciplinariedad desde una educación con enfoque STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés), para formar generaciones de estudiantes capaces de solucionar problemas de maneras creativas e innovadoras aplicando sus distintas competencias.
Precisamente, usted es miembro del comité de CADE Educación que este año tiene como lema ‘Innovar para Educar, Educar para Innovar’. ¿Desde dónde se deben impulsar estos cambios?
– A partir de una definición de la innovación que sea común para todo el ecosistema educativo. Las transformaciones en educación deben estar apoyadas en una estrategia de innovación en los aprendizajes, la enseñanza y la gestión educativa.
Esta es una tarea de todos, pero deben partir desde quienes tienen a su cargo el diseño de la política educativa, una que dé espacio a que la escuela sea un ambiente para innovar en sus distintas aristas, y un espacio, sobre todo, donde los estudiantes tengan la oportunidad de innovar.
Con carencias en cuanto a estimulación temprana y una educación básica que aún no logra avances significativos en comprensión lectora y pensamiento lógico-matemático, ¿por dónde empezar?
– Si hacemos un breve recorrido por los 200 años de Independencia del Perú, nos lamentaremos ante la frustración, como país, de no haber logrado que más del 50 % de los niños comprendan un texto acorde con su edad. Nos lamentaremos también de que los más de 1,000 dólares que cuesta al año educar a un niño en la escuela pública, ¿no sean suficientes para lograr lo más fundamental en educación? Pues, hay que empezar por lo primero: tenemos que aprender de la mejor propuesta innovadora que se esté poniendo en marcha en países donde el 100 % de sus estudiantes tienen un nivel elevado de comprensión y de habilidades matemáticas, y aplicarla en el país.
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¿Qué opina de los recientes retrocesos en la Carrera Pública Magisterial y en la reforma universitaria?
– Es dolorosísimo que estemos atravesando por un momento en el que el Congreso, con menos del 5% de aprobación de la ciudadanía, pueda conseguir retroceder de semejante manera.
Estas situaciones están afectando gravemente al estudiante peruano, el cual ya viene siendo impactado por la crisis sanitaria vivida, esta vez con menores expectativas de que sus docentes y las instituciones a las que puede acceder –para aspirar a una carrera– le brinden una educación de calidad y a prueba de futuro.
¿Qué piensa usted cuando se entera de que cientos de ‘maestros’ ingresaron a la escuela pública con títulos fraudulentos y que muchos de ellos están denunciados ante la fiscalía por el propio Ministerio de Educación?
– Siendo yo una ciudadana que piensa que uno nunca debe votar en blanco o viciado, que cree en la democracia como única forma de gobierno, que lucha por la revalorización de la carrera del docente como agente clave transformador de la educación, ya te imaginarás cómo me he sentido al saber que para el estudiante, ese derecho a la escolaridad puede solo ser una ilusión frustrada cuando le toca uno de esos docentes farsantes que poco o nada podrán impartir una educación en valores. Confieso que he llegado a sentir ganas de decir en redes sociales: “El último en irse, que apague la luz”.
(FIN/Ensayo General)