Cuando se leen los versos de ‘Confesor’, primer poemario de Francisca Huamaní, fluye de las palabras una fuerza que revela potencia y energía. Esta sensación contrasta con la confesión de la poeta, quien –con voz grave– sostiene que le es muy difícil hablar en público.
La poeta expone el alma, emocionada por la presentación y los comentarios que han hecho sobre su obra el poeta y fotógrafo Elie Angles y la socióloga Silvana Vargas Wintansley, además del minucioso prólogo escrito por su mentor, el poeta Marco Martos.
La Comunicación Social es su primera profesión. Pero “toda la vida he tenido el bichito de la literatura y el gusto por escribir”, reconoce Francisca Huamaní. Por eso decidió ingresar a la maestría de Escritura Creativa en su alma mater, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, espacio que le dio fuerzas para escribir poesía.
En el pregrado recibió los consejos del cronista Manuel Jesús Orbegoso. Cuando ingresó a la maestría, sólo había escrito relatos y crónicas. Allí, el poeta Marcos Martos fue quien la entrevistó para acceder a los estudios de posgrado. “Aquí aprenderá a escribir poesía”, predijo el maestro.
>> PARA LEER EN RED >> ‘Vestido de piel’: una alegoría sobre los caminos de liberación que mueven a la humanidad
Amor y muerte
“No es fácil escribir poesía, ‘Confesor’ tuvo un antes y un después… Antes era ‘El olvido’. Este poemario tuvo muchos cambios, es un tránsito, porque habla del amor, pero, también habla de la muerte y la pérdida”, acota la autora.
“Para mí, la muerte es un gran temor”, remarca, ofreciendo un testimonio íntimo sobre los sentimientos que le causaron las muertes por la pandemia del coronavirus. Muchas personas amigas perdieron a sus padres; “los versos allí salieron profundamente de mi corazón”.
Pero la pandemia no fue su primer choque con la muerte. La pérdida de su sobrino Marquitos –a causa de una grave enfermedad– fue uno de los episodios que la marcó: “Él falleció el día de mi cumpleaños, los testigos de Jehová tienen otra idea de la muerte, pero yo estaba allí sola, llorando y sufriendo, porque yo lo amaba mucho”.
Esencia: Sentada al borde del silencio/ Aspiro tu aroma y huyo/ Decido conservar la sensatez de mujer digna e/ impasible/ Estoy al borde de tu sonrisa. Me observo feliz, perfecta, serena y única en mi/ limitación.
“Esencia, aparentemente habla del amor, pero en realidad habla de Marquitos, por eso mi poesía camina por un tránsito entre el amor y la pérdida”, explica la poeta, para terminar su presentación con un emotivo “Gracias por estar aquí”.
<< PARA LEER EN RED >> ¿Arte sostenible? Postula a ‘Historias de agua: aguas voladoras, océanos, mares y ríos’
Potente y conmovedor
“Me conmueve la poesía, porque es una manera de resistir, de hacer llegar una voz, en momentos en que el dolor o el desamor va ganando la batalla. ‘Confesor’ se puede también leer ‘con fe’; el poemario motiva y enuncia el dolor, el ejercicio de revelar culpas, sin carga teológica”, afirma Silvana Vargas, en la presentación del poemario.
Con un tono que evidencia admiración por la poeta, la exministra de Desarrollo e Inclusión Social opina que “se trata de una poesía femenina que revela culpa”, lo que significa descubrir lo que somos y de dónde hemos venido.
Hay mucho de Paquita –como la llaman las personas más cercanas– en su tránsito y trayectoria para llegar a este poemario; su yo, su presente, pero no sólo eso, sino también su proyección.
Un segundo tránsito tiene que con el eros y el tanos, esa pulsión de vida, de reconocimiento, de reconocer la dinámica del placer y la condición de muerte, de terminar con todo, de autodestrucción, añade.
Elie Angles, quien tuvo “la oportunidad y el tremendo honor y placer de cuidar los textos del poemario”, se involucró en la edición de la ópera prima de Francisca Huamaní desde su génesis, y coordinó con el artista plástico Miguel Lescano Tena para tener un texto que ha sido ilustrado con delicadeza y profundidad.
El también poeta recordó los espacios comunes recorridos junto a Francisca Huamaní, caminos compartidos por un amor a la poesía, la creación y sueños comunes, sueños que se van concretando con la publicación de ‘Confesor’.
(FIN/Ensayo General)
