Escribe: María Ynés Aragonez
Si usted es de los que todavía creen que el ballet es una disciplina de élite, quizá necesite darse un tiempo ahora en diciembre. ¿Para qué? Para apreciar en el Teatro Municipal de Lima una función del ‘Cascanueces’, un clásico del ballet que –a sala llena– es una tradición de Navidad para los amantes del arte.
Desde hace 35 años, el Ballet Municipal de Lima (BML) deleita al público con este cuento de navidad narrado en ‘lenguaje de ballet’. Como en las buenas recetas de repostería, el ‘Cascanueces’ combina sus ingredientes con delicadeza y precisión: música, danza, mucho color y alegría.
Este ballet de Tchaikovsky está basado en la adaptación que hizo Alejandro Dumas (padre) del cuento El cascanueces y el rey de los ratones de Ernst Theodor Hoffmann. Y allí reside también la magia del arte: sin varitas ni sombreros misteriosos, convierte un texto en movimiento y acción.
La pieza del compositor ruso se presentó por primera vez en 1892 en el teatro de Mariinski, en San Petersburgo. Y 130 años después, en una galaxia de efectos especiales y despliegue digital, los devotos del ballet podemos constatar que la obra mantiene su vigencia.
“Junto a ‘El Lago de los Cisnes’, el ‘Cascanueces’ es una de las obras que despierta mayor interés de los espectadores”, afirma la directora del BML, la maestra Lucy Telge.
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De ratones y soldaditos
A pocos días del estreno, Ensayo General asistió a una de las prácticas de los bailarines más pequeños del ‘Cascanueces’: entusiastas ratoncitos y soldaditos reilones. Este año, los niños que participan en la obra son 85 y se turnarán en las 19 presentaciones que incluye la temporada en el Teatro Municipal.
“Al inicio, dábamos pocas funciones porque había menos público –recuerda la maestra Telge–, pero cada año tenemos más espectadores: aún no estrenamos ‘Cascanueces’ y ya se vendió más de la mitad de las entradas”.
Sus amigos la llaman Lucy, a secas, y sus 88 años no han mellado la energía constante con que dirige el BML.
Si nos internáramos en el mundo de la Navidad, tendríamos aquí una Mamá Noela querendona, de cabello blanco y andar laborioso. Si bien la maestra ya no practica los pasos de baile, su tono de voz –mezcla de energía y dulzura– lleva la batuta frente al enjambre de pequeños que se prepara para subir al escenario.
“Todas las academias presentan el ‘Cascanueces’ y, por eso, se ha hecho muy popular; es el primer acercamiento desde la infancia al mundo del ballet”, explica la directora.
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Una costumbre familiar
Por cierto, Lucy nunca bailó el ‘Cascanueces’. ¡¿Cómo?! Bueno, en su temporada de bailarina la obra de Tchaikovsky aun no aparecía en cartelera.
“Este ballet se volvió popular en los años 80 –explica–. Es un espectáculo de Navidad que se puede disfrutar en familia, se ha vuelto una costumbre que asistan familias enteras que gozan viendo a los pequeñitos bailar”.
Pero el éxito de ‘Cascanueces’ obedece también a un amplio programa de proyección social para la creación de públicos. Con emoción, la directora describe la forma en que el BML llevó sus presentaciones a pueblos jóvenes y el elenco bailó en escenarios inimaginables. ¿Cuál, por ejemplo? La tolva de un tráiler, nada menos.
Para lograr que los niños y las niñas amen el ballet es primordial la labor y la dedicación de los padres. Cuando los niños bailan, sus familias quieren verlos, se entusiasman y hablan con otras personas, cuentan que les ha parecido muy bonito y así va la propaganda de boca a boca, refiere Lucy Telge.
“Cuando un espectáculo es bueno, la gente pasa la voz, hay mucho más público y así se van creando audiencias”, acota.
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En el mundo, ‘Cascanueces’ tiene diferentes versiones y cada una incorpora alguna innovación según el número de niños que suben al escenario.
El argumento es alegre y fantasioso. Como regalo de Navidad, Clarita recibe un cascanueces, pero su hermano lo rompe casi de inmediato. Ella se queda dormida y el juguete se convierte en un príncipe que la lleva a través de un sueño donde cruza mundos y naciones diversas. Es un ballet muy variado y nadie se aburre, tiene un ritmo que cambia de un momento a otro.
Si usted tiene niños en casa, llévelos al Municipal en diciembre pues ellos gozan enormemente viendo a otros niños bailar. “Sería importante que todo niño cultivara un arte propio –dice la maestra Telge–. En el caso del ballet, este es un arte que, además, fortalece físicamente y mentalmente a quien lo practica”.
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EN TEMPORADA
[-] El ‘Cascanueces’ se presenta del 1º al 26 de diciembre en el Teatro Municipal de Lima: jirón Ica 377, Centro Histórico de Lima.
[-] La obra tiene una duración aproximada de dos horas, con un intermedio de 15 minutos para estirar un poquito las piernas.
[-] Las entradas están a la venta en Teleticket. Precios desde 14 soles hasta 450. Hay promociones para niños, universitarios y adultos mayores.
(FIN/Ensayo General)
Esta entrada tiene un comentario
Buen dia, sino fuera mucha molestia tendra la fotode las niñas del ballet ,,,soy una de las mamás. Porfavor gracias. Espero su rpta para darle mis datoa.