Las trece momias encontradas recientemente en el complejo arqueológico de Cajamarquilla –que ayudarán a comprender los rituales funerarios en el valle medio del río Rímac de hace mil años–, serán presentadas este martes 22 de febrero por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).
En la presentación participarán los arqueólogos Pieter van Dalen Luna y Yomira Huamán Santillán, investigadores del sitio de Cajamarquilla cuyos hallazgos permitirán conocer, también, si en esta zona de Lima antigua se practicaban sacrificios humanos.
¿Sacrificios humanos?
La hipótesis de los sacrificios humanos a partir de estas 13 momias de niños y adultos tiene relación con un descubrimiento anterior, en octubre de 2021: el fardo funerario de un hombre de entre 35 y 40 años de edad y con status social alto en la sociedad local, bautizado como la Momia de Cajamarquilla.
Colocados a la entrada de la tumba de la Momia de Cajamarquilla, la presencia de los cuerpos de 6 niños y 7 adultos envueltos en fardos funerarios “hacen presumir que la mayoría de ellos fueron sacrificados para acompañar el alma de dicho personaje en su largo camino al mundo de los muertos”.
“Pensamos que algunos de ellos podrían ser los hijos, la esposa y el sirviente más cercano de la Momia de Cajamarquilla”, manifestó Pieter van Dalen.
De acuerdo con esta interpretación, los niños y adultos fueron sacrificados como parte de los rituales que se le rindieron a un personaje importante, “cuya alma tenía que estar acompañada para atravesar el largo camino hacia su última morada o el mundo de los muertos”, refirió Van Dalen.
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En el Colegio Real
El martes al mediodía, la presentación de las 14 momias se hará en un espacio también emblemático para la primera universidad de América: el Colegio Real de San Marcos, ubicado en la cuadra 6 del jirón Áncash, en el Centro Histórico de Lima.
El hallazgo de las 14 momias se produjo a inicios de febrero en el área externa a la tumba de la Momia de Cajamarquilla, en donde se realizan trabajos de extensión de las excavaciones del proyecto de investigación liderado por la arqueóloga Yomira Huamán.
“Este hallazgo enriquecerá la investigación iniciada en octubre pasado, porque a diferencia de la Momia de Cajamarquilla, encontrada envuelta en soguillas, las condiciones de estas 13 personas evidencian un cambio de tradiciones, un ritual más costeño”, manifestó la investigadora sanmarquina.
A simple vista –opina Yomira Huamán– se puede identificar o se va a ratificar la hipótesis de que Cajamarquilla ha sido un lugar de un choque cultural entre las personas que venían de la Sierra con las que procedían de la Costa.
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La importancia de Cajamarquilla
El interés de Huamán por este complejo no es nuevo. En 2021, sustentó su tesis “Cajamarquilla, identificación de su máxima extensión a través de la arquitectura del tapial en el periodo Intermedio Tardío” para optar el grado de Bachiller en Arqueología en la UNMSM. El jurado le otorgó la máxima nota.
“La importancia de Cajamarquilla radica en su ubicación (…) cerca a la desembocadura de una de las quebradas afluentes más grandes del valle medio del Rímac, muy cerca al cono de deyección del valle. Esta ubicación es estratégica, como control y medio de interacción de las relaciones interregionales”, afirma Huamán en su tesis.
“En periodos prehispánicos tardíos (…) las quebradas laterales eran vías de interconexión natural o cultural (con la habilitación de caminos muy bien elaborados) por donde se realizaban estas interacciones culturales o comerciales”, añade el estudio, publicado en Cybertesis.unmsm.edu.pe.
“Así, las grandes quebradas son corredores de fácil acceso por donde las personas o caravanas comerciales transitaban para el intercambio de productos andinos hacia la costa, siendo las áreas de encuentro (tinkuy) algunas secciones del valle medio o estas quebradas laterales”, aclara Huamán.
“Justamente en estos lugares se van a establecer primero pequeños asentamientos que recepcionarán a los visitantes, habilitándose áreas ceremoniales y finalmente al adquirir mayor prestigio, van a tener un crecimiento notable. Esto es lo que sucede en Cajamarquilla, cuya importancia empieza a crecer desde finales del Periodo Intermedio Temprano, logrando su mayor expansión en el Periodo Intermedio Tardío”, concluye.
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Gestión cultural
Paralelo a los trabajos de campo, el equipo de investigadores de la UNMSM realiza labores de proyección social y de gestión cultural con las poblaciones aledañas que, muchas veces, desconoce la historia de este sitio arqueológico.
“Así, mediante charlas, capacitaciones, visitas guiadas y otras actividades se busca que los vecinos a la zona se acerquen más al patrimonio cultural arqueológico”, precisa San Marcos, universidad decana de América.
(FIN/Ensayo General)
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